jueves, 5 de septiembre de 2024

Encuentros con José Luis Simón y Araceli Cereceda (y III)

 






                                             




El pasado 8 de agosto tuvo lugar el tercero de nuestros encuentros amistosos y culturales. A partir de ese día, el frenesí… las fiestas, los encuentros familiares, las resacas de todo ello, los viajes...la rentrée. El resultado es que hasta casi un mes después no se ha encontrado momento de sentarse a realizar una pequeña reseña de lo que constituyó esta última sesión. Difícil tarea porque aunque la emoción resta intacta, el resumen de la interesante y técnica disertación de José Luis hubiera precisado de una observadora más formal y rigurosa que hubiera tomado nota por cualquier medio y no confiara todo a su memoria.


Me he referido a una exposición técnica y que también encierra mucho conocimiento de la complejidad del Universo pero la primera parte de la exposición fue muy concisa y clara. Nos adentramos en los inicios de la Geología como ciencia y el paradigma de la Ilustración en la que el ser humano (hombre en general, para más señas) toma un papel de explotador de la naturaleza así como de corrector de sus “imperfecciones”. La Geología actual nos ofrece un paradigma mucho más humanista que se fundamenta en el estudio, conocimiento y respeto por la Tierra y sus fenómenos, lo cual nos habría evitado y nos debería ahorrar grandes desastres como los que seguimos viviendo. Y no solo en los medios de comunicación, sino que algunos han sucedido muy cerca, tal y como pudimos comprobar en el análisis del irracional emplazamiento del camping de Biescas, que dio como resultado la tragedia del verano de 1996 y que, con tanta claridad nos explicó José Luis.


Una segunda parte de la exposición estuvo centrada en el movimiento CienciaArte que, como su nombre indica, une Ciencia y Arte, Ciencia y Emoción, dos facetas indisolubles del conocimiento humano que el racionalismo exacerbado se ha empeñado en disociar tradicionalmente. Aunque no se trata de nada nuevo bajo el Sol (nunca mejor dicho), pues el propio Pitágoras hablaba de “la música de las esferas”. Y a partir de estas premisas, José Luis nos habló de su trabajo (en equipo con Lope Ezquerro y el grupo O’Carolan por desentrañar la música de la Tierra. Con un riguroso estudio de los estratos y su grosor han podido escribir la partitura “escondida” en el subsuelo de distintos parajes. Tuvimos la ocasión de escuchar las grabaciones al respecto y de visionar un delicioso vídeo que combinaba bellas imágenes con música y danza.




Y, por si todo lo anterior no fuera suficiente, Araceli Cereceda y José Luis Simón, las dos “jóvenes promesas” musicales tal y como se presentó la primera, nos ofrecieron un breve pero delicado recital con una hermosa selección de canciones de Labordeta, MonteSolo, Ricardo Constante… y una maravillosa Las manos de mi madre del argentino Peteco Caravajal.




Una tarde de agosto, una víspera de jornadas festivas… inolvidable. Da gusto tener amigos para ESTO.




Si os ha sabido a poco, podéis escuchar la canción completa en este enlace de youtube, aunque confieso que me gustó mucho más en las voces delicadas de José Luis y Araceli. 




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