martes, 27 de febrero de 2018

La fovana puede el doble. ¡Consigue tu chapa!


¡¡¡Consigue tu chapa!!!


Quien visitara Troncedo el sábado 17 de febrero tuvo ocasión de  compartir con nosotros la alegría y animación de la jornada carnavalera y comprobar cómo muchas de las mujeres del lugar quisimos aprovechar la ocasión para hacer un guiño solidario a la ola feminista que está avanzando por el mundo en defensa de los derechos de la mujer y en contra de la brecha salarial y la violencia generada por los patrones machistas. Nuestro gesto consistió en disfrazarnos de uno de los iconos feministas más conocidos, tal y  como ya hemos explicado en un artículo previo. El disfraz lo complementamos con chapas y pegatinas de una versión del póster de Rosie la Remachadora dibujada por una troncedana. Muchas personas os interesastéis por conseguirlas y, aunque en ese momento no teníamos más, ahora las hemos hecho y podemos facilitarlas a quien las desee. 

Pero queremos también explicar ese lema de "La fovana puede el doble" frente al "We can do it" del original. 

¿Por qué nos mostramos tan pretenciosas?  Es de sobras conocido que la capacidad de las mujeres para el trabajo es la misma que la del hombre cuando a la sociedad le interesa, como ocurrió sin ir más lejos con las Rosies durante la II Guerra Mundial, pero es discutida e incluso prohibida en épocas y lugares en donde  esa misma sociedad patriarcal no reconoce su derecho a la igualdad. Si nos fijamos en las mujeres de nuestro entorno, las fovanas, han tenido que superar más dificultades que otras para desarrollar sus capacidades profesionales y personales. Para empezar, no han tenido facilidad de medios y comunicaciones y no tienen los centros de formación a mano. Quien más, quien menos, se ha visto obligada a desplazarse (en muchos casos de forma definitiva) para conseguir sus objetivos, con toda la carga económica y emocional que ello conlleva. Casi todas se han visto obligadas a buscar desde bien jóvenes, trabajos y actividades que les aportaran algo de dinero para sufragar estudios y alojamientos y, por supuesto, ayudar en los trabajos de casa siempre que volvían al pueblo. Eso, referido a los últimos tiempos, a "los fáciles"; si nos remontamos a las generaciones  de nuestras madres, abuelas ... sabemos del gran esfuerzo y sacrificio que ellas tuvieron que desarrollar en sus existencias, pues además de los trabajos propios de su género, la crianza, el cuidado de la familia y las labores del hogar,  en estas casas de por aquí también tenían que compartir faenas del campo así como ocuparse de los animales. Y todo ello sin ningún reconocimiento social, ni siquiera tenían derecho a heredar los patrimonios aunque fueran las primogénitas, salvo en algunos casos excepcionales y siempre por interés de la continuidad del sistema. Estas realidades son las que nos han llevado  a introducir este eslogan de La Fovana puede el doble .

Cierto es que, por desgracia, no han sido las únicas mujeres sometidas a esta injusta distribución de roles añadida a las adversidades del medio en el que les tocó vivir y que todavía hay muchas mujeres en muchos lugares  del mundo que las siguen sufriendo y que tienen que esforzarse el doble y más que sus compañeros varones para acceder a los mismos puestos. Ese es uno de los grandes problemas de la humanidad, la injusticia con la mitad de su población. Y esos son los motivos que llevan a colectivos feministas de todo el mundo a convocar la gran movilización del próximo 8 de marzo para decir ¡Basta!. Por nosotras y por ellas.

Si vas a participar y solidarizarte con la Huelga del #8M y quieres lucir tu chapa de fovana, el domingo 4 de marzo, tendremos ejemplares a disposición de todas las personas interesadas en el bar de Troncedo a la hora del vermú (una buena excusa para disfrutar del paisaje) o puedes pedirlo en la dirección electrónica troncedana@gmail.com, apuntando un teléfono móvil al que poder llamar para ponernos de acuerdo en la entrega. 


1chapa+1pegatina, 1 € // 4 pegatinas, 1 €

lunes, 19 de febrero de 2018

Y el Carnaval se escuchó por toda La Fueva



Un año más el Carnaval de La Fueva llenó de color, calor, alegría, creatividad ... e incluso ciertas dosis de sarcasmo y reivindicación nuestra querida plaza. Y quien dice plaza, dice el pueblo entero, desde la Portiella a la Planeta







Además de la animada charanga que siempre acompaña el tradicional evento, este año el ambiente festivo se vio enriquecido con la presencia de la batukada Sambarile de Zaragoza. Y por si fuera poco, a pesar de todas las predicciones en sentido contrario, la meteorología también se contagió de la alegría generalizada. 




Es tal el renombre que estamos alcanzando por estos lugares que cada vez hay más gente que se"pierde" por nuestro Carnaval.

Algunas lo prefieren al de Venecia






Hasta Wally se perdió por Troncedo

Por cierto, detrás de un abrigadico Wally se puede ver a un tal Diego de Marcilla que, dadas las distancias, no es extraño que llegara  a Teruel "a misas dichas" y pasara lo que tenía que pasar ...

martes, 13 de febrero de 2018

Carnaval'18 y cuestiones enigmáticas.

Un año más el Carnaval de La Fueva hace escala en Troncedo. Atentos a la hora (13:00) 

Muy buen momento para tomar un vermú ... ¡¡¡ de ALTURA !!



Y ahora unas preguntas enigmáticas ...

1. ¿Quién es Rosie the Riveter? 
2. ¿ Y qué tiene que ver con Troncedo y con el Carnaval de La Fueva?





Seguramente habréis visto miles de veces esta imagen de una mujer con pañuelo rojo y mono de trabajo, remangándose y mostrando músculos con un bocadillo que dice: We can do it!, y que a día de hoy es todo un icono del feminismo y del empoderamiento económico de la mujer, pero ¿ cual es su origen? 
Tenemos que remontarnos nada menos que a la Segunda Guerra Mundial, periodo durante el cual muchas mujeres remplazaron a hombres en sus puestos de trabajo en las fábricas, principalmente de la industria militar (aviones y armamento), para que éstos pudieran ir al frente. Hubo una campaña del gobierno de EEUU en la que se publicaron en prensa y otros medios muchas imágenes de mujeres trabajando en fábricas, con el fin de animar a más mujeres a trabajar en estos puestos.
La Rosie the Riveter que conocemos hoy, representa a todas las mujeres que durante la guerra trabajaban en las fábricas haciendo trabajos que hasta entonces habían sido realizados exclusivamente por hombres, y hoy en día a todas las mujeres trabajadoras. La mujer que aparece en el póster es en realidad una mezcla de muchas ‘Rosies’, nombre con el que se conocía a estas trabajadoras durante la guerra.
La primera vez que aparece el concepto ‘Rosie the Riveter’ fue en una canción escrita en 1943 en la que se hablaba se hablaba de una entregada trabajadora que ponía todo su esfuerzo para apoyar a su país durante la guerra. El nombre de la canción, ‘Rosie the Riveter’ (Rosie la remachadora), era el apodo de una mujer real llamada Rosie Bonavita, hija de inmigrantes italianos que trabajaba como remachadora en la división aérea de la General Motors en Nueva York.

¿Y quien es la Rosie del póster?
Rose (y su diminutivo Rosie) era un nombre muy común en aquella época (algo así como podrían ser aquí las María), pero curiosamente, la mujer que hizo de modelo para el famoso póster conocido Rosie the Riveter, no se llamaba Rosie, sino Geraldine Hoff Doyle, y tampoco era remachadora, sino prensadora. El póster fue creado por el artista J. Howard Miller en 1942, aunque se hizo verdaderamente famoso a principio de los 80s cuando el movimiento feminista norteamericano lo adoptó como un símbolo del feminismo y del empoderamiento de la mujer, símbolo que ha llegado hasta nuestros días.
De esta manera hemos respondido a la primera de las cuestiones planteadas. Para la segunda tendréis que acercaros el sábado a tomar ese vermú en Troncedo ...

ACTUALIZACIÓN 19/02/18


y es que ...





lunes, 5 de febrero de 2018

¿Sabemos lo que celebramos?

Hace ya dos años que dedicamos una entrada a la santa de este día, Águeda de Catania, en la que se expresaba cierta animadversión al simbolismo que hay detrás de su figura, no a la pobre niña, Agueda, Ágata o Gadea, si realmente llegó a existir allá en aquel lejano s. III y sufrir las vejaciones que contaron sus hagiógrafos.

Precisamente hoy, navegando por las aguas de Internet, hemos encontrado un artículo firmado por Carmen Romeo Pemán que lleva por título ¿Es Santa Águeda una santa feminista?, que complementa con mucho rigor la información citada anteriormente. Recomendamos vivamente entrar en el enlace y leerlo aunque no nos resistimos a copiar una buena parte del mismo:

(...) Con la llegada del cristianismo, las antiguas divinidades paganas se consagraron a las nuevas advocaciones religiosas, sobre todo a la Virgen y a los santos. En este tránsito de lo pagano a lo cristiano, santa Águeda fue una de las santas con mayor fortuna.
Patrona de las casadas. Como muchas de sus compañeras de altar, estuvo relacionada con las enfermedades de las mujeres. Por los rasgos de su biografía se convirtió en la protectora de las casadas, de las enfermedades de los pechos, de la lactancia y de los partos difíciles. El carácter de sanadora que se le atribuyó en el País Vasco la llevó a ser la patrona de las enfermeras.
Su papel era diferente al de su vecina santa Apolonia, patrona de las solteras y del dolor de muelas. Y compite con santa Bárbara en la protección contra los volcanes, los rayos y los incendios.
Abogada de la lactancia. Hasta mitad del siglo XX, las mujeres de clase alta dejaban la lactancia de sus hijos en los pechos de las nodrizas. Precisamente, para animarlas a que dieran de mamar, se crearon advocaciones de diosas y santas amamantando. Esta costumbre venía de lejos. En Egipto la diosa Isis daba de mamar a su hijo. En las catacumbas la Virgen amamantaba al Niño. En el Renacimiento y en el Barroco abundaron las Vírgenes de la Buena Leche. La Virgen fue un modelo, pero hubo santas que también favorecieron la lactancia. Sobre todo, santa Brígida, festejada el uno de febrero, y santa Águeda, el cinco. Se eligieron fechas cercanas para reforzar el mensaje.
Origen ancestral. Esta fiesta tiene muchos elementos de origen pre-cristiano. En España era frecuente mezclar los cultos celtas con los de importación romana. En la Edad Media, la Iglesia intentó suprimir las fiestas paganas. Pero, como era imposible desterrar unas costumbres muy arraigadas, las cristianizó y las llenó de un significado religioso. En santa Águeda confluyeron tradiciones matriarcales celtas con romanas. Es decir, en sus festejos hay elementos folklóricos más antiguos que la propia santa.
Y, por si fuera poco este sincretismo de elementos arcaicos, hoy andan revueltas santa Águeda, patrona de las casadas, y santa Apolonia, de las solteras. Esto es, andan mezcladas la fiesta de inversión de las casadas con la de iniciación de las solteras.
El mundo al revés. Estas celebraciones que ponían el mundo patas arriba eran necesarias para respetar y fortalecer el orden social. Consistían en dar el poder a los subordinados* un día al año, en permitirles que se desahogaran con expresiones satíricas y burlescas. Y debajo de la alegría desbordante, latía la condición tácita de que el resto del año volverían el orden y la subordinación.
En la Edad Media la Iglesia controló estas fiestas, las santificó y les adjudicó un patrón. En ese reparto, como acabamos de ver, a santa Águeda le correspondió la fiesta de las casadas. Para asegurar y reforzar el papel de superioridad de los varones, era importante que un día al año las mujeres desahogaran y anularan sus deseos de mando, de forma colectiva.
Para terminar. Al principio santa Águeda era solo patrona de las casadas. Cuando se vaciaron los pueblos y se perdió la fiesta de santa Apolonia, patrona de las solteras, santa Águeda se quedó con todas. Y esto no fue bueno para las mujeres. Desde entonces resulta más fácil controlarnos juntas. (...)
 * En las Lupercales romanas, fiestas dedicadas al fauno Luperco, los esclavos se disfrazaban imitando el atuendo de sus señores mientras éstos se disfrazaban de esclavos. Era el mundo al revés en el que predominaba la extravagancia, la licencia y la locura. Pero, como con las mujeres, sólo un día al año. Era la manera de garantizar que el status quo se mantendría imperturbable el resto de los días del año. Así que, si no habéis hecho caso y no habéis leído el artículo de Carmen Romeo, terminaremos éste, con la respuesta a su pregunta que ella da ya al principio: No, Santa Águeda no es feminista. Como ya se ha dicho, es precisamente la garante del mantenimiento del sistema patriarcal durante todo el año. Así que, quien  quiera celebrar la fiesta, que la celebre pero sabiendo lo que celebra. A mí que no me feliciten. Sobre todo por respeto a mis antepasadas, las que tuvieron que someterse al destino que el patriarcado, sustentado por  la Iglesia y la tradición les tenía diseñado desde la misma cuna.