domingo, 31 de enero de 2016

Paco Sierra en Utebo

Nuestro amigo Paco Sierra sigue conquistando territorios con sus dibujos a bolígrafo BIC (boligrafías, como las llama él). El próximo viernes 5 de febrero inaugura exposición en Utebo y nos invita a todos los que paramos por esta redolada a acompañarle. Si no conoces todavía su obra, te animamos a entrar en su página y seguro que os entran ganas de  ver su obra de cerca.

¡Nos vemos en Utebo!


miércoles, 20 de enero de 2016

El maestro de Troncedo

El Museo Diocesano Barbastro-Monzón custodia tres interesantísimas piezas procedentes de la iglesia de San Victorián de Troncedo, se trata de las imágenes de San Miguella Virgen con el Niño y Santa Bárbara, fechadas hacia 1445-1460 y atribuidas al mismo maestro, tanto por la ejecución de la talla, los rasgos faciales similares o el tratamiento de las vestimentas común, con un estilo, heredero del gótico internacional, según R. Steve Janke.
Las tres piezas fueron depositadas en la colección del Museo Diocesano en marzo de 1977, momento en el que fueron llevadas al Instituto de Arte Religioso de Madrid para su restauración y a su vuelta pasaron a formar parte de la colección permanente del Museo.
Nos centramos en el análisis de la talla de san Miguel atendiendo a su iconografía y por ser el ejemplo que de manera más significativa conserva la técnica del brocado aplicado que hace singulares a este conjunto de piezas.

San Miguel va ataviado con armadura de un elegante brillo metálico –quizás se trate de polvo de estaño soplado sobre el aglutinante para obtener el aspecto metálico- compuesta por un peto de cuya parte inferior cuelga el faldar, ambas piezas separadas por un ajustado cinturón rojo con aplicaciones metálicas, y terminado en una especie de escamas sobre el que se aprecia la simplificada cota de malla con terminaciones en forma de dientes de sierra; los brazos quedan protegidos por el guardabrazo y el avambrazo, mientras que en las extremidades inferiores, para proteger el muslo, vemos el quijote y la greba; las articulaciones se cubren con codales y rodilleras. El santo se cubre finalmente con una amplia capa en tono rojo en la parte exterior y verde en la interior, sujeta por un broche lobulado. La decoración de la capa es interesantísima, con un brocado yuxtapuesto en todo el perímetro de la misma y brocados simples en la parte posterior de dicha capa, cuya técnica analizaremos más adelante.
Su dorada y rizada melena queda sujeta por una diadema. En la mano izquierda porta una cruz –que posiblemente no es original- mientras que el brazo derecho ha desaparecido; como han desaparecido también sus alas, quedando únicamente el hueco practicado en la parte posterior de la talla para alojarlas.
El demonio se presenta bajo la curiosa forma de un dragón con alas pegadas al cuerpo y extensa cola; la cabeza, con las fauces abiertas, dirige la mirada hacia en santo, quien posiblemente estaba clavándole una lanza que no se conserva.
San Miguel es uno de los santo más venerados en la Edad Media, también en Aragón. Es el“Ángel Jefe”, el que lidera, el que dirige. Como jefe de la milicia celestial desde el siglo XIV suele presentarse ataviado con armadura militar -hasta el siglo XIII lo normal es encontrar al santo vestido con túnica-. Su papel es fundamental en la gran batalla del cielo. Luzbel era uno de los ángeles más bellos de la Corte Celestial y ofuscado por el orgullo se rebeló contra Dios diciendo “No serviré” “Subiré hasta el Cielo y levantaré mi trono encima de las estrellas, encima de Dios… subiré a la cumbre de las nubes, seré igual a Dios”. Muchos ángeles le siguieron pero en ese momento otro arcángel, todavía más hermoso que Lucifer, se postró ante el trono de Dios en un acto de adoración profunda y lealtad dijo “¿Quién como Dios?”, que es lo que significa Miguel.
En el Apocalipsis 12, 7-10 se narra: “En ese momento se desató una gran batalla en el Cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Monstruo. El Monstruo se defendía apoyado por sus ángeles, pero no pudieron resistir, y ya no hubo lugar para ellos en el Cielo. Echaron, pues, al enorme Monstruo, a la Serpiente antigua, al Diablo, a Satanás, como lo llaman, al seductor del mundo entero, lo echaron a la tierra y a todos sus ángeles con él”. Esta talla no representa el fragor de la batalla sino al arcángel sobre la bestia en actitud de victoria, de triunfo del bien sobre el mal. Precisamente esta faceta del santo como defensor del bien frente al mal propiciará su gran devoción durante la Edad Media y la demanda de imágenes para el culto.
Fue durante el último proceso de restauración de la talla de san Miguel, en el año 2009, cuando se tomó una muestra de la decoración dorada en relieve que bordea la capa que lleva el arcángel. La muestra indicó que se trataba de un brocado aplicado con dorado, siendo hasta el momento el ejemplo de esta técnica más antiguo conservado en Aragón.
El empleo del estaño en relieve es una técnica que nació en el continente Europeo a mediados del siglo XII; una variedad de esta técnica es el brocado aplicado, que surge en el siglo XV, cuando se difunde los tejidos de brocado (el brocado es un textil de seda tejido con hilos de oro o plata o ambos) y consiste en imitar estos tejidos mediante la aplicación de una lámina de estaño en relieve sobre diferentes soportes. Esta talla de san Miguel presenta dos de las tres tipologías de brocado aplicado encontradas hasta el momento en Aragón:

– El brocado yuxtapuesto en bandas, con motivo geométrico, localizado en el borde de la capa.

– El brocado aislado, que suele usarse para decorar ropajes distribuidos por la superficie a decorar imitando un lujoso textil, entre cuyos motivos no se distingue bien si se trata solamente de motivos geométricos y vegetales o incorpora también motivos animales.

Los diseños y fuentes de este brocado son totalmente distintos a la mayoría de los documentados en Aragón, lo que hace pensar que podrían deberse a un artista itinerante o ser piezas importadas. Los rasgos faciales de la talla, el tono de sus ojos apoyan esta teoría.
El relleno del brocado es de cera de abeja, con un grosor elevado y color marrón sobre el que queda un resto de lámina de estaño de molde casi totalmente corroído a casiterita (oxido de estaño) de color gris pardo. Sobre este resto se encuentra el dorado que casi con seguridad no es original puesto que a veces está sobre la cera en zonas donde el estaño desaparece. Pese a que quizás no es original si es muy antiguo, ya que se realiza al modo tradicional de dorar sobre estaño, es decir, aplicando un barniz mordiente, sobre este un mixtión rojo de albayalde y bermellón que finalmente recibe el dorado (99% oro y 1% plata).
Se trata de un conjunto de piezas de excepcional valor e interés.