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jueves, 20 de agosto de 2020

Troncedo no para





En la "vieja normalidad" el pasado sábado 8 de agosto hubiera sido el día del chupinazo en Troncedo. No pudo ser. Pero mucho antes de esa hora festiva, con la fresca, una brigada superespecial se convocó para festejar la jornada de una forma muy especial: trabajos voluntarios de limpieza del depósito, caminos y todo lo que diera tiempo. Y, por supuesto, cumpliendo con las normas de seguridad sanitaria. Era nuestra particular y solidaria manera de gritar ¡¡¡Viva Sanlorenzo!!! y ¡¡¡Viva Troncedo!!!

La numerosa cuadrilla de personas de todas las edades dio para llegar a limpiar el antiguo camino de cabañera, que la Asociación Castillo de Troncedo ha incluido en un programa de pequeños itinerarios circulares en torno a la localidad. Una vez limpio, se convocó otra jornada el miércoles 19 para completar la señalización del sendero y del viejo abrevadero al que nos conduce.




Después del paso de la cuadrilla, la cabañera parece más un pasillo para estrenar zapatos que un paso de animales



Ahora nadie podrá pasar por la carretera sin saber que esto era un viejo abrevadero


martes, 21 de julio de 2020

Limpiando rincones de BASURALEZA

BASURALEZA
Este verano que podríamos calificar de raro como poco, la mayoría hemos tenido que cambiar de planes de vacaciones y refugiarnos en el pueblo más de lo habitual. Y eso en el mejor de los casos, pues no nos olvidamos de que muchos de nuestros amigos troncedanos y troncedanas de la diáspora se encuentran en los lugares en los que en este momento los rebrotes de la covid19 están surgiendo con mayor virulencia (Barcelona, Lleida, Barbastro comarca del Cinca Medio...) y bajo la recomendación de no desplazarse de sus domicilios.  Por eso, quienes antes o después podamos disfrutar del entorno saludable y el aire limpio de Troncedo, podemos aprovechar para hacerlo más limpio si cabe. No hace falta mucha organización, sólo ponerse de acuerdo mientras tomamos la consabida cerveza en la terraza del bar y emplazarse a recoger la basura desperdigada por el monte. Todavía quedan algunos rincones de los antiguos vertederos de épocas en las que no existía ningún sistema de recogida. 

Objetivo cumplido: recogida y selección

Brigada de voluntarias, cumpliendo todas las normativas sanitarias.
Bassural


viernes, 20 de marzo de 2015

Que no falte nadie

Comienzo de primavera, eclipse de sol, la Pascua que se acerca y eso ... 
¡que ya tenemos excusa para vernos de nuevo en Troncedo!

VIERNES 03/04: 

Por la tarde (hora por determinar ), visita a la fábrica de cerveza Rondadora  en La Cabezonada. 
 

Por la nocheCINE con PALOMITAS !!! Película por decidir.

SÁBADO 04/05:

9:30 " TRIATHLON VECINAL " con oportunidad para practicar los tres deportes locales por excelencia: barzing, leñing y limping.



20:00 " II Muestra de Tapas  "  Sin concurso y con el mismo fin del año pasado: Juntarnos, pasarlo bien y darle gusto a los sentidos de la vista, el olfato y el gusto.

(Para el oído y el tacto creo que también hay troncedanos pergeñando iniciativas pero ya se anunciará en su momento)

jueves, 10 de octubre de 2013

Avecinaling de otoño

Víctor Fragüet, nuestro joven y entusiasta presidente de la Asociación Castillo de Troncedo, nos hace llegar imágenes que testimonian el trabajo de los dos últimos fines de semana, en los que un grupo de voluntarios se ha afanado en abrir la pista que va desde el lavadero hasta el depósito y en  poner la manguera para recoger el agua de la fuente. Efectivamente, como se dice siempre, hay imágenes que valen  más que mil palabras.






 ¡¡¡Nos vemos en Troncedo!!!



martes, 16 de octubre de 2012

El Barzing

A todos los voluntarios y voluntarias que se van a juntar el próximo sábado a limpiar de barzas la pista de SanQuiles, les dedico este simpático post que Mariano Coronas (director de la revista El Gurrión y del blog del mismo nombre) escribió en su día a ese deporte de aventura y riesgo tan extendido por nuestros lares, El Barzing.
 

En aragonés llamamos “barza” y “barzal” a lo que en castellano se llama zarza y zarzal. La “barza” tiene como nombre científico: Rubus fruticosus L. y es de la familia de las  Rosáceas. Ésta es la descripción de sus características: “Arbusto caducifolio de hasta 2 m de altura, muy ramificado y armado de aguijones. Tallos primero erectos, luego colgantes, algunos reptan por el suelo y otros trepan mediante las espinas. Hojas muy aserradas de color verde oscuro por la haz y verde grisáceo y con pilosidad por el envés. Flores blancas o rosadas, de 2 cm de diámetro. Frutos negros, brillantes, de sabor agradable. Se distribuye por toda Europa en los claros de los bosques, matorrales, así como en los bordes de los campos y caminos. Es una especie muy variable. Se distinguen hasta 200 subespecies debido a la facilidad con que hibridizan (característica común en todas las rosáceas)

Tengo para mí (como he leído que escriben algunos) que el problema de las “barzas” es que constituyen una maldición bíblica no explícita, pero evidente. Basta leer este pasaje evangélico para percatarnos de lo que digo: Éxodo 3c... y llegó Moisés al Horeb, la montaña de Dios. El ángel de Yhaveh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía… Pues, ahí está la cuestión; porque si se hubiera consumido, ¡adiós barzas! Yo creo que hubo en ese momento un defecto de fabricación y que fue un error hacerlas de material incombustible. Los niños de mi quinta que nacimos y vivimos en los pueblos, seguro que recordamos haber visto a nuestros padres quemar barzales en otoño o en invierno (todos los años) y comprobar cómo brotaban de nuevo, como si tal cosa, en la siguiente primavera.

El caso es que practicábamos el barzing todos los años y con mucho fundamento, que decía el otro. Recordando tiempos pasados, vienen a mi memoria varios momentos relacionados con las barzas. Durante el mes de diciembre de cada año, los chavales en edad escolar recorríamos las huertas, la glera del río y los montes próximos al pueblo para ir recogiendo materiales que alimentasen la “hoguera de Nochebuena” que cada 24 de diciembre encendíamos en la Plaza. Una de las piezas más cotizadas eran los barzales porque arden con facilidad y animan con rapidez el fuego para que se enciendan a su vez troncos y “tozas” de árboles (conjunto formado por la base del tronco y las raíces, mezclado con algo de tierra…). Si veíamos a alguien del pueblo que estaba limpiando alguna margen de un campo o de un huerto, le decíamos que nos guardara el barzal para la hoguera de Nochebuena (también llamada por nosotros hoguera de Navidad, porque, en realidad se encendía a las 12 de la noche del día 24 de diciembre, un poco antes de la misa de gallo). Luego las peripecias que pasábamos para transportarlo hasta el depósito de leña y hasta la Plaza solían ser curiosas. Lo mismo hacíamos cuando éramos nosotros mismos los ayudantes de nuestro padre a la hora de ejecutar alguna de esas limpiezas de márgenes: reservábamos el barzal para la gran hoguera colectiva. Las barzas se cortaban con tijeras de podar, con “dallos” (guadañas) o con el “cortabarzas” y en todos los casos, acababa uno señalado, con gotitas de sangre, espinas clavadas, rasguños de variadas dimensiones y cien veces repetida la fina expresión: “las putas barzas”, cada vez que nos acariciaba alguna de ellas.
En las épocas de siega manual, en las que se hacían gavillas en el campo y luego se ataban en fajos, solía haber unas barzas poco desarrolladas que se extendían por el suelo y que llamábamos “richoleras”… Al tratar de coger las gavillas, esas barzas constituían frecuentemente desagradables sorpresas “acariciando” nuestras manos y brazos.
En cambio, en primavera cortábamos, pelábamos y nos comíamos los brotes verdes de las barzas (a pesar de que no eran un manjar exquisito). Ya tenían espinas, pero eran tiernas y no se clavaban y al final del verano asaltábamos los barzales para darnos algunos atracones de moras. Las moras nos las comíamos tal como las íbamos cogiendo, pero nos gustaba ensartarlas en unas hierbas que llamábamos “lastón” y así, cuando regresábamos al pueblo, teníamos una pequeña reserva de dulce alimento antes de refugiarnos en casa.



*El post todavía es más largo (a Mariano, como es muy sabio, le gusta y puede hablar largo y tendido). Recomiendo su lectura completa.

sábado, 14 de agosto de 2010

¡Arriba, zagales!

¡Arriba, zagal (u zagala), qu'el que sabe rondar tiene que saber treballar! Esa era la máxima entre los padres de antaño, si los mozos habían ido de fiesta, al día siguiente los levantaban más pronto si cabe para emprender la faena de la casa. Los tiempos han cambiado mucho en todos los sentidos pero en Troncedo todavía quedan algunos restos. Será por eso que al poco de finalizar la fiesta, la Asociación convocó voluntarios para reparar una pared de piedra que las últimas lluvias habían hecho caer y, ayer, viernes 13, antes de las ocho de la mañana ya había una importante cuadrilla con ganas y herramientas al efecto. No sólo se ocuparon de dicha pared sino que limpiaron de maleza y recuperaron todo el camino del transformador desde la fuente a la carretera, así como prepararon el terreno para facilitar el acceso a los contenedores de basura.


Por esta actitud y voluntad de trabajo comunal en la recuperación del entorno natural del pueblo, la Asociación recibió ya en 2006 un accésit en los premios Félix de Azara que convoca la DPH. Quizá sea hora de volver a recordar que no sólo no hemos reblado en estos empeños sino que continuamos con más ganas todavía. ¿Nos volvemos a presentar en el 2011?