viernes, 29 de diciembre de 2017

Troncedo, protagonista de libro

En las casas de Troncedo se recibió  con varias semanas de anticipación un regalo navideño francamente inusual. Y es que eso de verse convertido en protagonista de una obra de ficción no es algo corriente.

Ha sido así por obra y gracia del inmenso cariño que  Manuel Ramírez, nieto de casa Torrocella siente por nuestro pueblo, de manera que lo ha convertido en el eje central de su nueva obra en la que los consejos y lecciones de psicología emocional y las técnicas de coaching se entrelazan con la historia de dos grandes iniciativas empresariales en el mundo educativo que se desarrollan paralelamente en lugares tan dispares y lejanos como son Troncedo y la pequeña ciudad mexicana de Matías Romero.

A todos los troncedanos y troncedanas que lean el libro les resultará sorprendente imaginar siquiera la transformación del milenario torreón que domina la silueta del pueblo  en un centro de educación superior;  seguro que daríamos mucho porque un proyecto que tan sólo abarcara una mínima parte  de lo relatado pudiera llegar a ser algo más que un sueño. Y sin duda no dejará de ser tremendamente ameno, por no decir divertido, encontrarse algún amigo o a uno mismo transitando por las páginas del libro y tratando de desentrañar los  misterios que se suceden.

Quienes no conozcan el pueblo y se hayan acercado al texto con el objetivo de apoderarse de las técnicas de coaching que son, en definitiva, el asunto de fondo no dejarán de leer las páginas con amenidad igualmente, encontrándose con un relato novelado que les traslada a unos lugares de los que puede ser que no tuvieran  noticia. Es incluso bastante probable que algún lector se anime a visitarnos, después de la simpática imagen que Manel ha trazado del lugar y sus lugareños: 

“… mientras existieran sitios como aquel pueblo y sus montañas habría posibilidades de evitar el Apocalipsis.”

“Si pasaras aquí una temporada verías qué fácil es quererlos, no tiene mérito”

Estas más que amables referencias a Troncedo vienen acompañadas de unas caracterizaciones de sus habitantes que están al mismo o más alto nivel, siendo así que  nos encontramos  con un líder nato, José de Solanilla; un experto en primeros auxilios, Ernesto; un intrépido buscador (y encontrador) de tesoros, Juanito Baile; y una fuente de sabiduría natural, Joserón (q.e.p.d) … Eso sí, se echa en falta en la lista de personajes más activos la presencia de alguna mujer, que las troncedanas tampoco se quedan cortas cuando hay que participar y arrimar el hombro en el trabajo… Aunque lo que realmente resulta imperdonable es que el día de San Lorenzo no hubiera chiretas en la mesa de casa Torrocella (¡increíble!). 

Y recuperando el tono serio que la obra merece, destacamos dos aspectos de la misma: Primero, la virtud de poner en conexión dos culturas tan aparentemente lejanas en el espacio y en el tiempo pero que nos hacen concluir que lo mejor del ser humano, su espíritu de colaboración y fraternidad, es universal; y, segundo, agradecer que, a través de las peripecias de propios y extraños, se nos proponga una hoja de ruta  que precisamente en estas fechas de renovación y buenos propósitos puede servirnos perfectamente para  acometer nuevas empresas personales. No hay más que seguir los cinco pasos que se desarrollan en el libro:

1  Tener una visión (un sueño)
  Comprometerse con él
      3  Rediseñar nuestros planes a medida que el proceso nos los vaya pidiendo
      4   Trabajar en  equipo
           5  Amar lo que se hace (Fundamental)

Porque como dice uno de los personajes: “Si dices que vas a intentarlo es posible que no lo consigas. En cambio,  si dices que vas a hacerlo te predispones al éxito”.


Así que … 
                     muchos éxitos
                     para
                     Manuel Ramírez 
                       y 
                     para todos nosotros 
                      en 
                     el  año 2018

1 comentario:

  1. Hablar bien de Troncedo es fácil. Encontrar lecciones de vida en el buen hacer de los troncedanos, aún más.

    Es cierto que el pecado fue no dar el protagonismo que se merecen a las mujeres del lugar, que claramente son las que lideran busna parte de los proyectos que se emprenden.

    En todo caso, ha sido un placer escribir sobre un lugar y unas personas que me recuerdan a algunos de los mejores momentos de mi infancia y que, aunque visito con poca frecuencia, sigo queriendo con locura.

    Espero que guste la novela a quien la lea. Y espero haber sabido recoger algo de la sabiduría que tiene Troncedo.

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