viernes, 20 de julio de 2018

¿Una nueva casa en Troncedo?







Por razones varias, Troncedo es un pueblo que ha sabido conservar bastante bien la arquitectura popular de piedra de la zona. Como ya se ha señalado en múltiples ocasiones, la resistencia numantina de tres casas (Baile, Soltero y Mariñosa) a abandonar el pueblo en los críticos años sesenta y setenta del siglo pasado favoreció que en las décadas siguientes, muchos de los vecinos que se habían ido, volvieran la vista a las casas familiares y acometieran, sin directriz normativa alguna pero con gusto por la tradición, la rehabilitación de las mismas. Así es como en la actualidad,  los visitantes se sorprenden por la armonía de las construcciones en piedra. Son muy pocas las paredes que no muestran este material. Una de ellas era precisamente la fachada posterior de la ampliación que se hizo hace un tiempo en el local social de la localidad para dotarlo de una cocina y un almacén comunitario. Y decimos "era" porque, como resultado de una iniciativa que la Asociación Cultural propuso hace un par de años, esta pared ha cambiado totalmente su fisonomía. El cambio es debido a la intervención artística de dos jóvenes recién graduados en Bellas Artes, Manuel Fernández (descendiente de la localidad) y su amigo Daniel Vera (de Monzón) que en los primeros días de este mes de julio han realizado un trampantojo sobre la pared, transformándola en prácticamente una casa más del pueblo. Esta misma mañana, sin ir más lejos, un visitante la ha confundido en este sentido. Felicidades a Dani y Manuel, que han conseguido este bello efecto en la que era su primera obra muralista. Y no nos olvidamos de Antonio Fernández, padre de Manuel, que ha estado asesorando a la pareja de jóvenes artistas.



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