sábado, 15 de junio de 2013

Fin de trayecto

Algunos ya conocen de mi afición a la poesía y de mis incursiones en el romance, o sería mejor decir en los ripios,  pero lo que yo no podía sospechar es que sería el fallecimiento de mi padre lo que me daría pie para atreverme con el endecasílabo. Todo sea en su recuerdo y su honra.


Con sigilo tu ruta ya has cubierto
y en los márgenes de la carretera
han quedado tus sueños y quimeras.
Ya llegaste a destino, ya estás quieto.

A  la rueda de días y recuerdos
te siguió siempre un niño repeinado,
el mismo a quien la guerra quebró el trazo
y borró el destino de sus  cuadernos.

Te miro ahora y no veo al anciano
que con fatiga respira en su lecho
porque en esa mirada azul perdida

se esconde  un zagal rubio y aplicado
que de pronto despierta y me recita
la lista de los ríos europeos.

Pilar Ciutad Lacambra

José Ciutad Lacambra (Graus, 1923 - Zaragoza, 2013)

6 comentarios:

  1. Qué bonito Pili!! Qué mejor manera de recordar a un padre que quedarte con los buenos recuerdos.Yo me quedo con su saludo y sonrisa sentado en el pedrizo de casa Balbina. Un abrazo gordo.
    Bea

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  2. Todo mi cariño para tí Pili y todos los tuyos.
    Que bonitas palabras y que orgulloso estará de tí allá donde se encuentre.
    Un beso muy fuerte.
    Luisa

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  3. Un fuerte abrazo para ti y ls tuyos.
    Tus bonitas palabras y esa foto me han hecho retroceder a mi adolescncia y la compañía que sentía al llegar a la estación de autobuses y poder viajar con EL.
    Animo y un beso muy fuerte
    Lourdes

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  4. Me acabo de enterar de la triste noticia del fallecimiento de tu padre, mientras vivió hicistéis todo lo posible.
    Un abrazo, nos vemos en Troncedo el finde.

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  5. Cuanto lo siento Pili, un fuerto abrazo para ti y tu familia, de parte de mis padres y mio también, siempre estara en nuestro recuerdo
    Un Beso

    Luis Torres

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  6. Hola Pili:
    La rueda sigue su rodar, nunca se para, y a uno y otro lado del camino vamos quedando atrapados por ella.
    Cierto es que nunca es el momento, pero también es cierto que el paso de los años nos va haciendo entender , aunque nos rompa el alma, que nadie puede quebrar el destino.
    Eso si Pili, el poco consuelo que nos queda es el haber sabido vivir con los nuestros y entregarles lo que de algún modo les corresponde por todo aquello que nos dieron, que no es poco, la vida que poseemos y alguna argolla más en la cadena del devenir.
    Muchos ánimos Pili y un fuerte abrazo para ti y los tuyos.
    Pepe Ariño

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