miércoles, 22 de junio de 2011

La cuarta pata

Lo prometido es deuda así que me toca saldarla y elaborar mi hipótesis sobre la cuarta pata que da la estabilidad necesaria a la mesa troncedana:


En mi opinión, la cuarta pata es LA PLAZA. Esa plaza pública que, en el caso de la de Troncedo, ejerce su función de manera tan ajustada que no necesita de ningún otro nombre propio ni adjetivo que la complemente, le basta con el genérico. Colocada prácticamente en el centro geográfico de la localidad, en un ligero ensanchamiento de esa única calle que constituye su linealidad urbana  de sur a norte,  es testigo inmemorial de la vida del pueblo. Desde su condición de privilegiada  atalaya frente al  Monte Perdido y propietaria de unas puestas de sol que hubieran podido inspirar al mejor pincel impresionista si se hubiera dejado caer por ella, nuestra plaza es un espacio para el encuentro y la despedida,  la celebración y  el duelo, la charla y  la contemplación, el enamoramiento y el rechazo, el secreto y el anuncio... Pero sobre todo es lugar para la fiesta, la broma y el baile. No creo que haya otros metros cuadrados de tierra en todo el Pirineo más maltratados por los pies de los bailadores, por lo menos desde que yo tengo referencias y uso de razón. El baile de Troncedo  ha sido siempre una empresa colectiva a la que todos los habitantes se han esforzado en contribuir, independientemente de su edad y de su habilidad que, salvo excepciones entre las que me cuento, suele ser admirable. Lo cierto es también que la broma, la desinhibición y el cachondeo van aumentado en detrimento de los bailes acompasados conforme la noche avanza y los almacenes de bebida se aligeran. Y lo mismo da que sean las fiestas de agosto, la jornada cultural de junio o cualquier otra excusa que sepamos encontrar para que todo esto se produzca. Adjunto una serie de demostraciones   recogidas entre la tarde, la noche y la madrugada del pasado sábado en dicha plaza que corroboran que mi argumento es irrefutable.




1 comentario:

  1. Hola Pili: Realmente la cuarta pata es estupenda, una vez más nos sutuas en Troncedo a pesar de la distancia.
    Algunos además,todavía recordamos los partidos de frontón en esa maravillosa PLAZA.
    Pepe de Viu

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