Hoy día 26 de diciembre de 2010, festividad de San Esteban, no puedo dejar de recordar que antiguamente ésta era la fiesta mayor del invierno en Troncedo, sólo superada en importancia por las fiestas de agosto en honor al otro patrón del pueblo, San Lorenzo. Por eso me he ido al Caixigo nº 4 para rescatar las tradiciones y costumbres de estas fechas que nos relataron Ramón Rami y Agustín Castán en su día:
Nochebuena y Navidad estaban caldeadas por la Tronca de Navidad. El amo de la casa buscaba ell tizón más grande que había almacenado en el leñero para que ardiera en el fogaril durante toda la Nochebuena y parte del día de Navidad. Antes de encenderla, la bendecía y para ello echaba vino con el porrón mientras decía:
"Buen tizón, buen varón,
buena casa y buena brasa.
Dios conserve pan y vino
en esta casa"
Y tras hacer unas cruces con el vino del porrón y rezar unas oraciones, los zagales de la casa procedían a pegar a la tronca para que "cagara" los dulces y pequeños regalitos escondidos entre la corteza (alguna mandarina, algún lamín, ...)
El día 25, día de Navidad, era también el primer día de la fiesta en honor al patrón San Esteban (26 de diciembre) y en la Misa se estrenaba el abrigo el año que tocaba y la ropa nueva que se había hecho para el invierno. Si el tiempo lo permitía, no faltaba la ronda por las calles del pueblo. La fiesta era similar a la celebrada para San Lorenzo: misa cantada por los músicos de la orquesta, sesiones de baile de tarde y noche. También se mataba una "güella" (oveja) que, preparada de una manera u otra, era el plato casi principal de la fiesta; se "afirmaba" la orquesta, acudían los parientes de los pueblos cercanos, normalmente acompañados de alguna burra, macho o mula que servía de transporte; y se comía todos juntos un menú rico en sopa de tapioca con huevo, carne de olla bien caliente y buenas fuentes de chiretas". Por supuesto, todos se quedaban a dormir.
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