jueves, 31 de julio de 2025

¿Urban/rural sketching? Mejor, taller de dibujo en Troncedo

 En el marco de los II Encuentros de Cultura y Amistad en Troncedo, en los días previos a las fiestas de Agosto, os emplazamos a una nueva y creativa actividad.


 Recordad: jueves 7 de agosto a las 17:00 h. y para todas la edades




miércoles, 23 de julio de 2025

La península de las casas vacías. Un libro que nos interpela literaria y literalmente.

 

Los soldados estuvieron de pie junto a los juncos alrededor de tres horas y media hasta que, a medianoche, el matemático Tagüeña, encargado de aquellas unidades, dio una señal que era una palmada al hombro que los unos a los otros de forma consecutiva se iban a dar a lo largo de todo el trecho de río que habían escogido para franquear. No lanzaron consignas o gritos de guerra. La operación se llevó a cabo en el más absoluto silencio, interrumpido únicamente de los remos de las barcas mal bogadas. Fueron guiados por aparceros republicanos de la zona, quienes conocían los puntos del río menos peligrosos. Aunque también hubo quien sintió pánico al ver las aguas del río y desertó, como el Campesino, uno de los militares republicanos más célebres y loados.”


El tío Miguel,  campesino y soldado.
(El marco de la foto lo hacían
los propios soldados en sus ratos
 de ocio en el frente)
 
¿Habrá algún íbero descendiente de los hunos o de los hotros o incluso de los "haquellos"  que quedaron en medio que no se haya encontrado con sus ancestros en algún momento a lo largo de estas 695 páginas? En este párrafo de la página 570 yo he visto con nitidez el rostro aterrorizado de mi tío Miguel Lacambra Garcés, otro campesino (este, ni célebre ni loado) frente a esa mayúscula corriente de agua, incomparable a todos los barrancos de Troncedo juntos ni siquiera en las primaveras excepcionalmente lluviosas como la de este año. Fue en ese punto donde también se dio la vuelta y echó a andar hacia Barcelona. Difícil imaginar cómo llegó hasta casa de su hermana Rosalía, sorteando la muerte segura si hubiera sido interceptado por cualquier patrulla militar. Ella lo escondió hasta el final de la guerra en la pequeña portería que regentaba y, a pesar de las penurias del momento, consiguió el sustento para el prófugo, su pequeña hija de 6 años y ella misma saliendo por las noches a robar en las huertas de las afueras de la ciudad, mientras su propio marido estaba preso en un campo de concentración en León. Historias familiares una y mil veces repetidas por ella y mi madre, la hermana pequeña, añorando al que era ”el ser más bueno del mundo”, que más tarde volvería enfermo,  “cogió frío en los riñones durmiendo la siesta bajo una higuera en el frente(una infección sin duda), para morir poco más de un año después entre gritos de dolor, con la sangre envenenada, cuando esos mismos riñones dejaron finalmente de filtrar.


Además de las íntimas sensaciones que evocan las líneas de esta inmensa (por contenido, volumen, datos, recorrido…) novela, la emoción y el desgarro están presenten en todos sus centenares de páginas. Confieso que esa inmersión en la triste y reciente historia de nuestro país se me ha hecho bola en algunos momentos por la exuberancia de las imágenes del realismo mágico que envuelve a toda la obra. No me pillaba de nuevo, ya había oído hablar mucho de ella y de la originalidad de su estilo pero ha habido ocasiones en las que me resultaba difícil desentrañar entre lo mágico y el realismo real (valga la redundancia). Dicho esto, reconozco que el libro es un compendio ambicioso y conmovedor de la mal llamada guerra civil española, que abruma por la dimensión, la exhaustiva  narración y su recorrido geográfico. Y digo mal llamada porque ni fue civil (militares contra el pueblo) ni fue una guerra entre hermanos, conceptos acuñados posteriormente por los rebelados para justificar la inhumana tropelía a quien ellos mismos habían bautizado  como una cruzada bendecida por la Iglesia Católica. Pablo Ardolendo cargando por toda la península con el cadáver de su hermano (a quien él mismo había ejecutado)  para llevarlo a enterrar junto a la familia es la expresión más rotunda de lo falsario de ese concepto de guerra fratricida, los hermanos no abandonan los cuerpos amontonados de otros hermanos en fosas olvidadas.
  
Y si esta abundancia de imágenes y relatos metafóricos ha añadido dificultad a la lectura y  derivado en una digestión más lenta, también hay que reconocerle que contribuyen de manera diferente a todo lo escrito hasta ahora para concluir que la trágica travesía de Jándula, trasunto literario del pueblo natal del autor,  resume de una u otra manera la de todos los pueblos peninsulares así como el personaje de Odisto y su familia, a los cientos de miles de campesinos arrastrados y arruinados vitalmente por la violencia desatada tras el golpe militar. Volviendo a lo conocido de primera mano, en Troncedo no he oído que pasara literalmente eso de que los cristales se desgastaran por la mirada de las mujeres atisbando la llegada del ausente pero sí me han hablado de  las madres que salían corriendo cuando, en un goteo lento y angustioso, por el camino aparecía la figura de un soldado que volvía. Cada una de ellas esperaba que esa vez fuera su hijo, aunque ya sabemos que algunas se llevaron ese anhelo a la tumba.

   Difícil escoger entre tanto dolor y  brutalidad pero el capítulo 112, El puerto de los olvidados, me ha resultado particularmente estremecedor de principio a fin. Y, contra los reparos esbozados en lo referente al estilo imaginativo del autor, no puedo dejar de destacar el valor en la abundancia de citas históricas que acrecientan el rigor de la historia y retratan perfectamente a los protagonistas históricos de uno y otro lado. Y como mi modesta opinión no es más que eso, modesta, después de escribirla he buscado otras y, entre ellas, apunto esta encontrada en un blog de críticas literarias que, aunque difiere notablemente en el valor que atribuye al estilo del autor,  coincide en muchos aspectos con la mía:

Sea como fuere, La península de las casas vacías merece vuestra atención y no saldréis indemnes de ella. Os emocionaréis con los personajes, con el uso del realismo mágico, con las tragedias, con los abusos y la rabia descontrolada de los fascistas, con la indignación de los republicanos demócratas, os indignaréis con las malas decisiones del ejército republicano y los aciertos de un Franco apoyado por el fascismo europeo. Y, ante todo, sufriréis con el devenir de una familia humilde que se ganará vuestros corazones y que lo irá rompiendo hasta la última página. No hay tregua para los Ardolendo, no hay tregua para Odisto y su familia. No hay salida posible de una guerra civil. Y quizás, tras su lectura, seamos un poco más conscientes del dolor que se padeció en España entre 1936 y 1975. Y quizás, tras su lectura, nos comprometamos un poco más con la memoria democrática, con la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas republicanas.


En este sentido es el propio autor quien  nos  interpela directamente y de forma abundante entre sus páginas. Se trata de otro ejercicio estilístico peculiar en el que él mismo se hace presente y juega a interactuar con los personajes e incluso a alterar los tiempos y el devenir de la Historia:

“Si os preguntáis la razón por la que he preferido descongelarlos y matarlos a que despertaran en cuarenta años, os la resumo: me daba pena que, en cuatro décadas, los niños despertaran en una sociedad que, en lugar de tratar la guerra con una firme memoria histórica, firmará un pacto de silencio y dedicará únicamente un par de páginas en los libros de texto al conflicto”.




"La guerra es simple: consiste en introducir un pedazo de hierro en un pedazo de carne"
                                                                   
                                                               Jean-Luc Godard

P.C.




sábado, 19 de julio de 2025

La memoria es el des-olvido. Plomo en el alma.

 

Una no va al archivo para ir al pasado. Una va al archivo para traerlo al presente, para activarlo.

Marta Rivera Garza, Profesora en la Universidad de Houston





1. -¿Por qué escribir sobre estas historias antiguas que nadie recuerda y que quizás
(o no) a nadie interesan?
Precisamente por eso, porque nadie las recuerda y, en consecuencia, mucho menos interesan.


2. -¿Y si además no las leen? Esbozo una sonrisa ante esta cuestión evocando la desilusión del entrañable Ramón Rami cuando constataba que había personas que le confesaban no haber leído “todavía” los pedazos de nuestra historia local que él atesoraba y en cuya transmisión volcaba tanta pasión. Yo trataba de infundirle ánimos y dar el valor que se merecía su trabajo: -Sí que las leen, Ramón, y si no lo hacen, nosotros ahí las dejamos y quién sabe si alguien algún día les dará valor y tomará nota de estos testimonios de un mundo que ya no existe pero que existió y del que somos herederos. Lo hacemos por las personas que levantaron estas casas, que nacieron, se criaron y vivieron en ellas, las que trabajaron como burros por mantenerlas y que supieron también hacer hueco a momentos de alegría mientras entregaban su vida para que nosotros ahora nos sintamos orgullosos de este pequeño pueblo, de sus costumbres y de su tradición solidaria*

3. - ¿Y por qué ahora este empeño en traer al presente precisamente las historias olvidadas de unas criaturas a su vez mayoritaria y doblemente olvidadas? Por las mismas razones y con redoblada intención, mucho más después de indagar en sus orígenes y sus trayectorias. Historias de niños huérfanos que correteaban por nuestras calles empedradas, que guardaban los ganados y que trabajaban duramente en las faenas agrícolas mientras cargaban con el sello de plomo en el cuello que certificaba su abandono inicial. Niños que entre estas piedras encontraron el afecto que les había sido robado en origen pero que no dejaron de cargar durante toda su vida con ese mismo plomo del abandono en el alma.

4. - ¿Y qué se saca de rechirar entre los papeles? Mucho. Por ejemplo:

DOS CONCLUSIONES PRINCIPALES

- Una, que no por sospechada deja de estremecer, es que el abandono de una criatura recién nacida ayer y hoy y en cualquier lugar del mundo siempre está ligada a trágicas situaciones de pobreza, enfermedad, desesperación y muerte;

Y  segunda que me duele especialmente en los casos de estos niños recogidos en Troncedo, es que, si la falta de recursos, las circunstancias, la ignorancia y los prejuicios (el plomo en el alma) no hubieran pesado tanto en su ánimo y se hubieran lanzado a la búsqueda de respuestas, quizás más de uno hubiera aligerado esa carga que arrastraron durante toda su existencia y se hubieran reconciliado con su propia historia y estirpe. Este es un aspecto que, conforme iba leyendo testimonios y situaciones concretas de quienes se embarcaron en esas búsquedas, me causaba más pena y rabia. 


LA HERIDA DEL ABANDONO. Ayer, hoy y siempre

… después de año y medio yo he conseguido canalizar la rabia que tenía por la herida del abandono que para mí es más grande que los abusos sexuales y toda la historia que he tenido después porque el abandono me ha marcado…

Abel Azcona, artista multidisciplinar, entrevistado en La Ventana de la cadena SER (sección Radio Lindo) el 10 de abril de 2025

...

* En este sentido fue para mí una satisfacción poderle mostrar a mi querido Ramón el ejemplar nº 19 de la revista Sobrarbe editada por el Centro de Estudios de Sobrarbe en el que Jesús Cardiel publicaba un artículo sobre la genealogía de casa Baile de Troncedo y en un pequeño apartado hacía referencia a “algo” que había leído en uno de nuestros Caixigares. “Ves, Ramón, hay gente (sabia) que lo lee y lo valora”

lunes, 23 de junio de 2025

Revista Treserols, lectura, libros, amigos...

 


Aunque con un poco de retraso hemos recibido el número 22 de la revista Treserols correspondiente a  noviembre de 2024. En este ejemplar se conmemora el 30 aniversario de la creación del Centro de Estudios del Sobrarbe (CES). Como ya os comentamos en la entrada del 31 de julio de 2024, con este motivo se nos invitó a publicar una memoria de actividades de  nuestra Asociación y hemos podido comprobar que efectivamente han recogido nuestra aportación entre las páginas 15 y 17, encontrándonos muy bien acompañados con los relatos de otros movimientos asociativos de la comarca. En la biblioteca de nuestro salón social podréis encontrarla y sorprenderos con toda la movida cultural del territorio y con algunos datos numéricos que nos sitúan en muy buen puesto en cuanto a la capacidad de sumar  socios.

Pero hay más sorpresas, si avanzáis en la lectura os encontraréis  una reseña del libro La vida en Muro de Roda, obra póstuma del buen amigo Rafael Bardají. Continuamos con una presentación de otro libro conectado con nosotros a través de nuestro Club de Lectura; en el artículo De Sobrarbe a Detroit, su autor, José María Sorando, nos explica los hechos y las circunstancias que le animaron a embarcarse en la escritura de su último libro El lector sin escuela. Aprovechamos la ocasión para anunciaros que será el domingo 3 de agosto cuando José María se desplace hasta Troncedo para  explicarnos más cosas sobre el tema y poder compartir con nosotros todos los asuntos que surjan a lo largo del encuentro. Seguro que la lectura de este artículo os animará a leer la obra si no lo habéis hecho ya.





   

lunes, 12 de mayo de 2025

Propuesta lectora


    
Al otro lado de las montañas había otro mundo...

¿Te imaginas a uno de tus abuelos o tiones de Troncedo, allá por las primeras décadas del s. XX, llegando a Nueva York, arriesgando su vida por ganar un mísero salario en las minas de  carbón de Kentucky o en la cadena de montaje del Ford T en Detroit?  Un inocente  buscavidas con boina y bota por aquellos andurriales, agarrándose a su innato y pícaro espíritu montañés de supervivencia... 

Pero no hace falta imaginarlo porque ese  Charlot sobrarbés existió. Se llamaba Domingo Muzás y su nieto, José María Sorando ha dejado testimonio de esa vida entre distópica (sin duda  él debió sentirla así) y cinematográfica en un libro cuya lectura nos transporta  a la dura realidad de la existencia en nuestros pueblos en aquellos años, el arrojo de quienes como Domingo se atrevieron a salirse del destino trazado y en el  contexto  de progreso, conflictos y tragedias que tuvieron lugar en el mundo en general y en este país en particular.

Una excelente opción para estas próximas fechas en los que los días alargan y una buena lectura bajo una buena sombra resulta harto apetitosa. Con el aliciente de que en agosto contaremos con la visita del autor para compartir con él nuestras impresiones y hacerle todas las preguntas que nos surjan. Anunciaremos próximamente día y hora de la cita. Pero antes se nos vienen otros eventos... estad atentos a nuevos anuncios.


El lector sin escuela, José María Sorando. Muzas,  Ed. La fragua del trovador .