jueves, 11 de septiembre de 2025

Sellos y rastros de plomo

Cuando preparaba el informe sobre los niños huérfanos de Barcelona recogidos en Troncedo y en otras casas del Pirineo aragonés a principios del s.XX no encontré ninguna imagen del sello de plomo que llevaban obligatoriamente colgado al cuello esos menores y que me sirvió, como metáfora del peso que el abandono inicial les marcó durante toda su vida, para poner título a mi trabajo (Plomo en el alma). Fue muy torpe por mi parte no recurrir de nuevo al archivo de la Diputación de Barcelona donde tan amablemente me habían facilitado abundante información desde el principio. Ese error se vio recompensado por esa misma institución cuando, tras enviarles un ejemplar del documento, me remitieron una carta de reconocimiento a la que añadieron unos pequeños detalles, entre ellos unos marcapáginas muy valiosos para mí, en los que aparece la imagen tan deseado de ese sello que quedó grabado a fuego en el alma de los niños y niñas abandonados. Gracias infinitas al Arxiu General de la Diputació de Barcelona, @arxiudiba.
P.C.



P.D. Conforme alguien se adentra en un tema, es como si se desplegaran antenas invisibles en todos los sentidos y, aunque en otro momento vital quizás hubieran pasado desapercibidos, a partir de entonces no puede dejar de ir encontrando rastros sobre ese asunto de su interés por todas partes. El último ejemplo de que el  acogimiento (y posterior prohijamiento, en su caso) de niños huérfanos era  un gesto frecuente en aquellos tiempos lo encontré leyendo una publicación en el muro de Facebook de Víctor Pardo Lancina en el que recordaba el aniversario del nacimiento de Ramón Acín. No me resisto a copiar íntegramente el texto y uno de los comentarios que le siguieron:

CXXXVII ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE RAMÓN ACÍN
Pintor, escultor, articulista, ilustrador y pedagogo, el militante anarcosindicalista Ramón Acín, es una de las más atractivas e influyentes personalidades en el mundo de la cultura y la sociedad en Aragón, durante las primeras décadas del pasado siglo XX.
Hijo de Santos Acín y de María Aquilué, Ramón Arsenio Acín Aquilué nació en Huesca hace 137 años, el 30 de agosto de 1888, en el número 3 de la calle de Las Cortes, la casa en la que vivirá toda su vida y donde desarrollará su fecundo trabajo.
Aficionado desde muy temprano al dibujo, recibe clases del pintor Félix Lafuente, con el que trabará una duradera amistad. No menos intensa que la relación que cultivará a lo largo de los años con otras figuras del ámbito artístico, de las letras o el activismo sindical y político como Felipe Coscolla, Ricardo Compairé, Luis López Allué, Manuel Bescós conocido como «Silvio Kossti», Ismael González de la Serna, José María Aventín Llanas, Luis Buñuel, Herminio Almendros, el capitán Fermín Galán…
Particular vinculación establecerá con Felipe Alaiz, Ángel Samblancat, Joaquín Maurín, Gil Bel o Félix Carrasquer, con los que fundará revistas y colaborará en proyectos vinculados con la denuncia de las injusticias, la agitación social y la extensión de la cultura. Actividades que, en varias ocasiones, le acarrearon procesos judiciales, detenciones y encarcelamientos.
Con todo, «su mejor obra», como dejó escrito Rafael Sánchez Ventura, fue su hogar. «Ejemplo emocionante de armonía, de elevación, de belleza, donde todo adquiría dignidad y gracia; (…) aquel hogar animado por la inteligente alegría de Conchita Monrás, la tierna compañera de Ramón, a él identificada con orgulloso amor, iluminado por el radiante hechizo de las dos niñas, a tono ambas en hermosura y precoz sensibilidad e inteligencia con el ambiente de la casa».
Ramón y Conchita (Barcelona, 1898) cultivaron una relación intensa de amor y complicidad. Mariano Añoto, huérfano prohijado en casa de Acín y criado con Katia y Sol, se refiere en unas notas personales a este clima de libertad y cariño: «Ramón y Conchita eran una pareja sin prejuicios que se amaban y amaban. Pensaban, deseaban un mundo más limpio, más alegre, más digno para todos. La familia Acín era una avanzadilla del futuro. En realidad, vivíamos ya en el futuro».
La Guerra Civil destrozó las esperanzas que la República había sembrado en la sociedad española y empapó la tierra de sangre y el aire de odio y saña. «¡Ay, Ramón Acín –escribió Max Aub–, fusilado y fusilada su mujer por culpa de sus buenos vecinos de Huesca!». Ramón y Conchita fueron detenidos el 6 de agosto de 1936. Ramón murió fusilado el mismo día y Concha el 23 de agosto, junto a casi un centenar de oscenses. Katia y Sol quedaron huérfanas con 11 y 13 años respectivamente. La casa de la calle de las Cortes fue saqueada por los asesinos.

Antonio Bárcabo
Te agradezco el recuerdo para Mariano Añoto que con el asesinato de Ramón y Conchita quedó desamparado y al que algunas buenas gentes de Huesca ayudaron como pudieron


 

miércoles, 13 de agosto de 2025

Cuadernos de dibujo (Encuentro con Mila Dolz)

 
En el marco de los que han sido nuestros II Encuentros de Cultura y Amistad en Agosto, en la tarde del jueves 7  tuvimos el lujo de contar con la presencia de Mila Dolz, zaragozana, amiga y actualmente profesora de dibujo en la Escuela de Artes de Palencia. Mila se desplazó generosamente hasta Troncedo para ofrecernos una interesante charla sobre Cuadernos de Dibujo, que es como a ella le gusta denominar a la  actividad de ir realizando bocetos  de los lugares (y personas) por donde pasamos. Ella prefiere esta denominación porque es un concepto más amplio, íntimo y personal, que no se limita  a las estrictas reglas del movimiento Urban Sketching.

Después de una somera explicación sobre en qué consiste este movimiento, la dimensión que tiene y ofrecernos algunos ejemplos de la diversidad de estilos de algunos de los sketchers más célebres, nos dio unas pautas para animarnos a no tener miedo.

"No hay deber en el arte porque el arte es libre"  V. Kandinsky


 En una segunda fase, los asistentes nos distribuimos por rincones del pueblo para ir llenando de color y de nuestras interpretaciones los cuadernos en acordeón que ella misma nos había facilitado.

 Una experiencia que resultó interesante para todos los participantes, desde los más pequeños a los más talluditos. Fue un verdadero goce tanto para los dibujantes como para las personas que se los iban encontrando por las calles.

Si queréis conocer más sobre el trabajo de Mila, os recomendamos seguirla en su perfil de Instagram 

Una pequeña muestra de nuestros dibujos

Los y las asistentes tomamos buena nota de los consejos de Mila, especialmente aquel de: 

Cuando te aburras, dibuja.





ÚLTIMA HORA: Nos llegan noticias de que algunos/as de las participantes, incluso las más jóvenes, ya están poniendo en práctica estos consejos...















domingo, 3 de agosto de 2025

La literatura, fuente de conocimiento para todos (Encuentro con José María Sorando)

 Hoy hemos tenido el placer de contar con la presencia de José María Sorando para hablar sobre su libro El lector sin escuela (de Sobrarbe a Detroit) y lo de placer no es una fórmula de cortesía si no una auténtica realidad.

 Por si alguien tenía alguna duda, para participar en estos encuentros lectores no es indispensable haberse leído el libro con anterioridad. Si se ha hecho, se tienen más elementos para el diálogo pero si no es así, puede ser ocasión para animarse a hacerlo y, cuando menos, para acceder a los principales mensajes de la narración. En este caso, es importante destacar aquello que nos ha transmitido su autor sobre los objetivos que le movieron a escribir, no se trataba de contar la historia de su abuelo, no es una biografía al uso, sino la historia de muchos otros abuelos y los diversos contextos sociales, políticos y personales que atravesaron. 

 Por si fuera poco, podemos añadir que las peripecias de la vida de este joven sobrarbense que se rebeló contra el destino que los usos sociales de principios del s. XX le deparaban se parecen mucho a las de muchos otros jóvenes de hoy en día que atraviesan fronteras y mares, arriesgando la vida porque también ansían un destino diferente al que les espera en el contexto socioeconómico de sus lugares de origen.

"Domingo, una mañana  de noviembre en el muelle de Nueva York. Un hombre solo, recién llegado a un país extraño donde la mayoría habla un idioma diferente, donde no le conocen ni le esperan. A nadie le interesa su pasado, su familia, su pensamiento ni su presencia. Si ese mismo día muriera, sólo sería un desconocido llevado a una fosa común, al que nadie acompañaría ni reclamaría. El, allí, y en ese momento, es nadie. Como tantos inmigrantes en cualquier época y lugar. Nada anterior cuenta, su vida comienza de nuevo"  ¿No resulta tremendamente actual?


Pero las 238 páginas del libro albergan muchos más aspectos:

- el análisis de las formas de vida tradicionales y costumbres en Sobrarbe. Todas las cosas que nos cuenta podrían trasponerse palabra por palabra a Troncedo;

- la importancia de la presencia de un MAESTRO (aunque fuera temporal) en un momento dado como motor de cambio en la vida de Domingo. Y también de las MAESTRAS que llegaron en décadas posteriores a estos pequeños pueblos, afrontando con coraje el choque cultural entre la vida rural y la de su posición social y sus ciudades de origen;

Uno de los libros de Blasco Ibáñez
(autor favorito de Domingo)
que conservó toda su vida,
 a pesar de ser un autor prohibido
- el poder de la literatura para cultivar el espíritu del emigrante pobre y explotado que pasaba su tiempo de ocio en las bibliotecas, auténticos templos de cultura. En este punto quiero recordar las palabras de María Moliner cuando decía que "la biblioteca es la continuidad de la escuela", la única escuela en el caso de Domingo y su determinación lectora.

- la descripción de las condiciones de vida laboral de los obreros de la época en las grandes factorías y centros de trabajo estadounidenses;

- el desprecio al diferente, la pretensión de asimilarlo  (Desfile del Crisol de Ford) que no consiguió que Domingo se quitara la boina;

- la violencia desatada en los tiempos de la Ley Seca en EEUU, los gánsteres, el KuKuxKlan...

- los conflictos sociales y bélicos que, por puro azar temporal, fue sorteando Domingo;

- las condiciones precarias y la represión de la posguerra española, el estraperlo...

- el contraste de principios educativos entre la escuela de la República y la escuela franquista..

- la mirada del niño urbanita sobre el entorno (el rural y su propio vecindario) y las vivencias de los mayores...

En fin, un libro en el que, además de viajar por la historia de Domingo, los que ya tenemos cierta edad podemos reflexionar sobre nuestra propia historia y, en el caso de los más jóvenes, conocer de dónde venimos para no dejarse embaucar por mensajes voluntariamente falsarios y simplistas. 

Gracias a todos los que os habéis acercado a aportar opiniones y experiencias, Y gracias de nuevo a José María Sorando y su esposa por haber venido hasta aquí.




 

jueves, 31 de julio de 2025

¿Urban/rural sketching? Mejor, taller de dibujo en Troncedo

 En el marco de los II Encuentros de Cultura y Amistad en Troncedo, en los días previos a las fiestas de Agosto, os emplazamos a una nueva y creativa actividad.


 Recordad: jueves 7 de agosto a las 17:00 h. y para todas la edades




miércoles, 23 de julio de 2025

La península de las casas vacías. Un libro que nos interpela literaria y literalmente.

 

Los soldados estuvieron de pie junto a los juncos alrededor de tres horas y media hasta que, a medianoche, el matemático Tagüeña, encargado de aquellas unidades, dio una señal que era una palmada al hombro que los unos a los otros de forma consecutiva se iban a dar a lo largo de todo el trecho de río que habían escogido para franquear. No lanzaron consignas o gritos de guerra. La operación se llevó a cabo en el más absoluto silencio, interrumpido únicamente de los remos de las barcas mal bogadas. Fueron guiados por aparceros republicanos de la zona, quienes conocían los puntos del río menos peligrosos. Aunque también hubo quien sintió pánico al ver las aguas del río y desertó, como el Campesino, uno de los militares republicanos más célebres y loados.”


El tío Miguel,  campesino y soldado.
(El marco de la foto lo hacían
los propios soldados en sus ratos
 de ocio en el frente)
 
¿Habrá algún íbero descendiente de los hunos o de los hotros o incluso de los "haquellos"  que quedaron en medio que no se haya encontrado con sus ancestros en algún momento a lo largo de estas 695 páginas? En este párrafo de la página 570 yo he visto con nitidez el rostro aterrorizado de mi tío Miguel Lacambra Garcés, otro campesino (este, ni célebre ni loado) frente a esa mayúscula corriente de agua, incomparable a todos los barrancos de Troncedo juntos ni siquiera en las primaveras excepcionalmente lluviosas como la de este año. Fue en ese punto donde también se dio la vuelta y echó a andar hacia Barcelona. Difícil imaginar cómo llegó hasta casa de su hermana Rosalía, sorteando la muerte segura si hubiera sido interceptado por cualquier patrulla militar. Ella lo escondió hasta el final de la guerra en la pequeña portería que regentaba y, a pesar de las penurias del momento, consiguió el sustento para el prófugo, su pequeña hija de 6 años y ella misma saliendo por las noches a robar en las huertas de las afueras de la ciudad, mientras su propio marido estaba preso en un campo de concentración en León. Historias familiares una y mil veces repetidas por ella y mi madre, la hermana pequeña, añorando al que era ”el ser más bueno del mundo”, que más tarde volvería enfermo,  “cogió frío en los riñones durmiendo la siesta bajo una higuera en el frente(una infección sin duda), para morir poco más de un año después entre gritos de dolor, con la sangre envenenada, cuando esos mismos riñones dejaron finalmente de filtrar.


Además de las íntimas sensaciones que evocan las líneas de esta inmensa (por contenido, volumen, datos, recorrido…) novela, la emoción y el desgarro están presenten en todos sus centenares de páginas. Confieso que esa inmersión en la triste y reciente historia de nuestro país se me ha hecho bola en algunos momentos por la exuberancia de las imágenes del realismo mágico que envuelve a toda la obra. No me pillaba de nuevo, ya había oído hablar mucho de ella y de la originalidad de su estilo pero ha habido ocasiones en las que me resultaba difícil desentrañar entre lo mágico y el realismo real (valga la redundancia). Dicho esto, reconozco que el libro es un compendio ambicioso y conmovedor de la mal llamada guerra civil española, que abruma por la dimensión, la exhaustiva  narración y su recorrido geográfico. Y digo mal llamada porque ni fue civil (militares contra el pueblo) ni fue una guerra entre hermanos, conceptos acuñados posteriormente por los rebelados para justificar la inhumana tropelía a quien ellos mismos habían bautizado  como una cruzada bendecida por la Iglesia Católica. Pablo Ardolendo cargando por toda la península con el cadáver de su hermano (a quien él mismo había ejecutado)  para llevarlo a enterrar junto a la familia es la expresión más rotunda de lo falsario de ese concepto de guerra fratricida, los hermanos no abandonan los cuerpos amontonados de otros hermanos en fosas olvidadas.
  
Y si esta abundancia de imágenes y relatos metafóricos ha añadido dificultad a la lectura y  derivado en una digestión más lenta, también hay que reconocerle que contribuyen de manera diferente a todo lo escrito hasta ahora para concluir que la trágica travesía de Jándula, trasunto literario del pueblo natal del autor,  resume de una u otra manera la de todos los pueblos peninsulares así como el personaje de Odisto y su familia, a los cientos de miles de campesinos arrastrados y arruinados vitalmente por la violencia desatada tras el golpe militar. Volviendo a lo conocido de primera mano, en Troncedo no he oído que pasara literalmente eso de que los cristales se desgastaran por la mirada de las mujeres atisbando la llegada del ausente pero sí me han hablado de  las madres que salían corriendo cuando, en un goteo lento y angustioso, por el camino aparecía la figura de un soldado que volvía. Cada una de ellas esperaba que esa vez fuera su hijo, aunque ya sabemos que algunas se llevaron ese anhelo a la tumba.

   Difícil escoger entre tanto dolor y  brutalidad pero el capítulo 112, El puerto de los olvidados, me ha resultado particularmente estremecedor de principio a fin. Y, contra los reparos esbozados en lo referente al estilo imaginativo del autor, no puedo dejar de destacar el valor en la abundancia de citas históricas que acrecientan el rigor de la historia y retratan perfectamente a los protagonistas históricos de uno y otro lado. Y como mi modesta opinión no es más que eso, modesta, después de escribirla he buscado otras y, entre ellas, apunto esta encontrada en un blog de críticas literarias que, aunque difiere notablemente en el valor que atribuye al estilo del autor,  coincide en muchos aspectos con la mía:

Sea como fuere, La península de las casas vacías merece vuestra atención y no saldréis indemnes de ella. Os emocionaréis con los personajes, con el uso del realismo mágico, con las tragedias, con los abusos y la rabia descontrolada de los fascistas, con la indignación de los republicanos demócratas, os indignaréis con las malas decisiones del ejército republicano y los aciertos de un Franco apoyado por el fascismo europeo. Y, ante todo, sufriréis con el devenir de una familia humilde que se ganará vuestros corazones y que lo irá rompiendo hasta la última página. No hay tregua para los Ardolendo, no hay tregua para Odisto y su familia. No hay salida posible de una guerra civil. Y quizás, tras su lectura, seamos un poco más conscientes del dolor que se padeció en España entre 1936 y 1975. Y quizás, tras su lectura, nos comprometamos un poco más con la memoria democrática, con la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas republicanas.


En este sentido es el propio autor quien  nos  interpela directamente y de forma abundante entre sus páginas. Se trata de otro ejercicio estilístico peculiar en el que él mismo se hace presente y juega a interactuar con los personajes e incluso a alterar los tiempos y el devenir de la Historia:

“Si os preguntáis la razón por la que he preferido descongelarlos y matarlos a que despertaran en cuarenta años, os la resumo: me daba pena que, en cuatro décadas, los niños despertaran en una sociedad que, en lugar de tratar la guerra con una firme memoria histórica, firmará un pacto de silencio y dedicará únicamente un par de páginas en los libros de texto al conflicto”.




"La guerra es simple: consiste en introducir un pedazo de hierro en un pedazo de carne"
                                                                   
                                                               Jean-Luc Godard

P.C.




sábado, 19 de julio de 2025

La memoria es el des-olvido. Plomo en el alma.

 

Una no va al archivo para ir al pasado. Una va al archivo para traerlo al presente, para activarlo.

Marta Rivera Garza, Profesora en la Universidad de Houston





1. -¿Por qué escribir sobre estas historias antiguas que nadie recuerda y que quizás
(o no) a nadie interesan?
Precisamente por eso, porque nadie las recuerda y, en consecuencia, mucho menos interesan.


2. -¿Y si además no las leen? Esbozo una sonrisa ante esta cuestión evocando la desilusión del entrañable Ramón Rami cuando constataba que había personas que le confesaban no haber leído “todavía” los pedazos de nuestra historia local que él atesoraba y en cuya transmisión volcaba tanta pasión. Yo trataba de infundirle ánimos y dar el valor que se merecía su trabajo: -Sí que las leen, Ramón, y si no lo hacen, nosotros ahí las dejamos y quién sabe si alguien algún día les dará valor y tomará nota de estos testimonios de un mundo que ya no existe pero que existió y del que somos herederos. Lo hacemos por las personas que levantaron estas casas, que nacieron, se criaron y vivieron en ellas, las que trabajaron como burros por mantenerlas y que supieron también hacer hueco a momentos de alegría mientras entregaban su vida para que nosotros ahora nos sintamos orgullosos de este pequeño pueblo, de sus costumbres y de su tradición solidaria*

3. - ¿Y por qué ahora este empeño en traer al presente precisamente las historias olvidadas de unas criaturas a su vez mayoritaria y doblemente olvidadas? Por las mismas razones y con redoblada intención, mucho más después de indagar en sus orígenes y sus trayectorias. Historias de niños huérfanos que correteaban por nuestras calles empedradas, que guardaban los ganados y que trabajaban duramente en las faenas agrícolas mientras cargaban con el sello de plomo en el cuello que certificaba su abandono inicial. Niños que entre estas piedras encontraron el afecto que les había sido robado en origen pero que no dejaron de cargar durante toda su vida con ese mismo plomo del abandono en el alma.

4. - ¿Y qué se saca de rechirar entre los papeles? Mucho. Por ejemplo:

DOS CONCLUSIONES PRINCIPALES

- Una, que no por sospechada deja de estremecer, es que el abandono de una criatura recién nacida ayer y hoy y en cualquier lugar del mundo siempre está ligada a trágicas situaciones de pobreza, enfermedad, desesperación y muerte;

Y  segunda que me duele especialmente en los casos de estos niños recogidos en Troncedo, es que, si la falta de recursos, las circunstancias, la ignorancia y los prejuicios (el plomo en el alma) no hubieran pesado tanto en su ánimo y se hubieran lanzado a la búsqueda de respuestas, quizás más de uno hubiera aligerado esa carga que arrastraron durante toda su existencia y se hubieran reconciliado con su propia historia y estirpe. Este es un aspecto que, conforme iba leyendo testimonios y situaciones concretas de quienes se embarcaron en esas búsquedas, me causaba más pena y rabia. 


LA HERIDA DEL ABANDONO. Ayer, hoy y siempre

… después de año y medio yo he conseguido canalizar la rabia que tenía por la herida del abandono que para mí es más grande que los abusos sexuales y toda la historia que he tenido después porque el abandono me ha marcado…

Abel Azcona, artista multidisciplinar, entrevistado en La Ventana de la cadena SER (sección Radio Lindo) el 10 de abril de 2025

...

* En este sentido fue para mí una satisfacción poderle mostrar a mi querido Ramón el ejemplar nº 19 de la revista Sobrarbe editada por el Centro de Estudios de Sobrarbe en el que Jesús Cardiel publicaba un artículo sobre la genealogía de casa Baile de Troncedo y en un pequeño apartado hacía referencia a “algo” que había leído en uno de nuestros Caixigares. “Ves, Ramón, hay gente (sabia) que lo lee y lo valora”

lunes, 23 de junio de 2025

Revista Treserols, lectura, libros, amigos...

 


Aunque con un poco de retraso hemos recibido el número 22 de la revista Treserols correspondiente a  noviembre de 2024. En este ejemplar se conmemora el 30 aniversario de la creación del Centro de Estudios del Sobrarbe (CES). Como ya os comentamos en la entrada del 31 de julio de 2024, con este motivo se nos invitó a publicar una memoria de actividades de  nuestra Asociación y hemos podido comprobar que efectivamente han recogido nuestra aportación entre las páginas 15 y 17, encontrándonos muy bien acompañados con los relatos de otros movimientos asociativos de la comarca. En la biblioteca de nuestro salón social podréis encontrarla y sorprenderos con toda la movida cultural del territorio y con algunos datos numéricos que nos sitúan en muy buen puesto en cuanto a la capacidad de sumar  socios.

Pero hay más sorpresas, si avanzáis en la lectura os encontraréis  una reseña del libro La vida en Muro de Roda, obra póstuma del buen amigo Rafael Bardají. Continuamos con una presentación de otro libro conectado con nosotros a través de nuestro Club de Lectura; en el artículo De Sobrarbe a Detroit, su autor, José María Sorando, nos explica los hechos y las circunstancias que le animaron a embarcarse en la escritura de su último libro El lector sin escuela. Aprovechamos la ocasión para anunciaros que será el domingo 3 de agosto cuando José María se desplace hasta Troncedo para  explicarnos más cosas sobre el tema y poder compartir con nosotros todos los asuntos que surjan a lo largo del encuentro. Seguro que la lectura de este artículo os animará a leer la obra si no lo habéis hecho ya.





   

lunes, 12 de mayo de 2025

Propuesta lectora


    
Al otro lado de las montañas había otro mundo...

¿Te imaginas a uno de tus abuelos o tiones de Troncedo, allá por las primeras décadas del s. XX, llegando a Nueva York, arriesgando su vida por ganar un mísero salario en las minas de  carbón de Kentucky o en la cadena de montaje del Ford T en Detroit?  Un inocente  buscavidas con boina y bota por aquellos andurriales, agarrándose a su innato y pícaro espíritu montañés de supervivencia... 

Pero no hace falta imaginarlo porque ese  Charlot sobrarbés existió. Se llamaba Domingo Muzás y su nieto, José María Sorando ha dejado testimonio de esa vida entre distópica (sin duda  él debió sentirla así) y cinematográfica en un libro cuya lectura nos transporta  a la dura realidad de la existencia en nuestros pueblos en aquellos años, el arrojo de quienes como Domingo se atrevieron a salirse del destino trazado y en el  contexto  de progreso, conflictos y tragedias que tuvieron lugar en el mundo en general y en este país en particular.

Una excelente opción para estas próximas fechas en los que los días alargan y una buena lectura bajo una buena sombra resulta harto apetitosa. Con el aliciente de que en agosto contaremos con la visita del autor para compartir con él nuestras impresiones y hacerle todas las preguntas que nos surjan. Anunciaremos próximamente día y hora de la cita. Pero antes se nos vienen otros eventos... estad atentos a nuevos anuncios.


El lector sin escuela, José María Sorando. Muzas,  Ed. La fragua del trovador .