Caminante no hay camino,
se hace camino el andar...
Eso decía el poeta y tenía mucha razón. Porque cuando los caminos no se transitan la maleza y el bosque se apoderan de ellos y si no hay personas voluntariosas, como las que este puente de noviembre se han juntado en Troncedo, llega el día en que se vuelven impracticables o terminan desapareciendo.
Afortunadamente, esa España vacía a la que pertenecemos no está tan vacía o, por lo menos, se llena a menudo de buena gente que limpia los caminos para devolverles su uso.
Y después de una intensa mañana de barzing, podemos pasar a practicar el running o el trekking y así los caminos se mantendrán solos, a golpe de zapatilla.
Y después de una intensa mañana de barzing, podemos pasar a practicar el running o el trekking y así los caminos se mantendrán solos, a golpe de zapatilla.
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