miércoles, 15 de abril de 2020

Escuela de Vanguardia en Graus

Vivimos en un país, España, en el que el analfabetismo de la población fue la tónica hasta la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, existieron pequeñas excepciones de iniciativas educativas innovadoras que la II República trató de generalizar hasta que el levantamiento militar las truncó de raíz. Nunca llegaremos a ponderar el daño que el golpe y la dictadura franquista posterior asestó también a la educación.

En la primavera de 2018 el Espacio Pirineos de Graus organizó una exposición titulada "Escuela de Vanguardia. Proyectos y actores pedagógicos en Graus entre los s. XVII y XX". Y es que la localidad ribagorzana  fue uno de los lugares en los que confluyeron diversas iniciativas y personajes que contribuyeron a elevar el nivel educativo de la población. "Hablamos de la enseñanza jesuita, de una pionera Escuela de Artes y Oficios o de los numerosos proyectos educativos surgidos durante la II República. Y siempre al frente de ellos, hombres y mujeres con una visión amplia y privilegiada como Esteban de Esmir, Carmen de San Luis Monsarro, José Salamero e, indiscutiblemente, Joaquín Costa" 

El tradicional papelón data de 1886
En la foto, mi hermano. allá por 1955
Todas las personas interesadas en la Historia de la Pedagogía, la Historia en general y la Historia cercana pueden acceder al catálogo de la exposición a través de este enlace. La visita a estas páginas nos permite acercarnos a algunos aspectos de la vida cotidiana y la organización social de otras épocas, así como rescatar la figura de maestros y maestras que  dejaron su impronta en la población. El mismo Joaquín Costa,  prócer de la patria, no hubiera pasado de ser más que un zagal espabilado si no hubiera sido por la insistencia de su maestro, D.Julián Díaz Fernández, para que sus padres le permitieran seguir estudios.  Y así sucedería con más de uno y una que quizás no hayan adquirido la misma trascendencia pero sí contribuído a su crecimiento personal y el de toda la sociedad.  Es posible que quienes conocieron la exposición en su momento y quienes se acerquen ahora de manera virtual, adquieran algunas claves que les permitan entender mejor por qué hoy mismo, una  localidad de las dimensiones y circunstancias geográficas de Graus tiene una vida cultural tan intensa y una influencia directa por todo el entorno próximo de pequeños pueblos de Ribagorza y Sobrarbe y otros lugares. No cabe duda de que el refrán "de aquellos polvos, estos lodos", utilizado generalmente en sentido negativo, adquiere en este caso su significado más positivo. 

La exposición se completaba con un vídeo que recoge testimonios personales de la escuela de antaño, concretamente y por la variable del paso inexorable del tiempo,  se centran en la dinámica de la escuela nacional-católica de la dictadura pero, en cualquier caso, resultan entrañables. Tanto como lo ha sido  para mí,  permítaseme una anécdota muy personal, encontrar entre la relación de docentes que dejaron huella el nombre de una maestra de párvulos, Dª Balbina Viñas, que ejerció en la década de los veinte. Siempre me había contado mi madre que su nombre, tan ajeno  a los habituales por la zona, se lo habían puesto por una maestra. Por las fechas y estrecha conexión entre Graus y Troncedo que ha existido siempre, deduzco que era esta sobrina de Costa que en 1924 fue nombrada "profesora benemérita" en reconocimiento a su admirable sistema de enseñanza.  P.C.

G

miércoles, 8 de abril de 2020

De Troncedo a Bordalba (crespillos viajeros)



Desde Abejuela a Parzán,

desde Fraga hasta Bordalba,
de Tarazona a Beceite
y de Guaso a Banastón.
Es un mito, una utopía,
un río, una aparición,
un error, o tal vez no,
un porrón de geografía.
un porrón de geografía.


Así empezaba el poema Canción huérfana con el que el entonces alcalde de Aínsa (D. José Miguel Chéliz) rindió homenaje a José Antonio Labordeta que formaba parte del Jurado del II Certamen de Relatos Breves "Junto al Fogaril", en la entrega de premios celebrada en junio de 2009. La estrofa se inicia con la enumeración de los pueblos que ocupan los extremos de la amplia geografía aragonesa. A Bordalba, localidad de la comarca de Calatayud, le corresponde ocupar la uega occidental, en una posición bastante alejada de Troncedo. Ambos lugares, siendo profundamente aragoneses y compartiendo muchos usos culturales, son también muy diferentes en diversos aspectos, fruto del entorno natural y los aconteceres históricos y poblacionales que los han determinado. Lamentablemente, en estas primeras décadas del s.XXI, hay un calificativo de reciente cuño que  ambos lugares comparten, los dos forman parte de la larga lista de territorios de "la España vaciada". Hay también un pequeño, diminuto detalle que los vincula. El azar hizo que hace ya unas cuantas décadas, un hijo de Bordalba y una nieta de Troncedo se encontraran más o menos a medio camino y que desde entonces sujeten un cordel que une los dos extremos y que, en estos momentos de confinamiento, haya servido para que una de las tradiciones culinarias de Sobrarbe haya viajado hasta la ribera alta del Jalón, allá por donde Aragón y Castilla se funden. 

Y es que la Asociación "La Muriega" de Bordalba que coincide en su espíritu fundacional con el de la nuestra, "Castillo de Troncedo"  tenía programados una serie de actos culturales y lúdicos para los días de reencuentro vecinal de Semana Santa; entre ellos un concurso de dulces. Evidentemente, las medidas de contención de la expansión de la pandemia del Covid19, han frustrado todas las iniciativas pero las benditas tecnologías audiovisuales que tanto nos están ayudando a sobrellevar estos días de aislamiento forzado, han permitido mantener algunas aunque sea a distancia y se nos ha invitado a elaborar los postres en casa y hacer llegar la receta. Ha sido un momento oportuno de dar a conocer a todos los amigos y amigas de Bordalba un postre tan tradicional y conocido por la zona de Somontano y Sobrarbe como son los crespillos pero que resulta novedad para otras zonas de Aragón.


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Para los que gusten igualmente de alimentar el espíritu, dejamos el poema completo:

                                               Canción huérfana (a Labordeta)


Desde Abejuela a Parzán,

desde Fraga hasta Bordalba,
de Tarazona a Beceite
y de Guaso a Banastón.
Es un mito, una utopía,
un río, una aparición,
un error, o tal vez no,
un porrón de geografía.

Aragón se funde en canto,
olvidándose del llanto
y su conciencia despierta
cuando canta Labordeta.

Con un bigote en volandas,
plantándole cara al cierzo,
un pie al agua, otro al desierto
y en el medio la guitarra.
Truena la voz destronada
del secular conformismo,
del temor y el victimismo
por el llano y la montaña.

Aragón se funde en canto,
olvidándose del llanto
y su conciencia despierta
cuando canta Labordeta.

Y la buena sementera
cala en la tierra dormida,
un nuevo brote germina
y el ocre se desespera,
el mediocre no se entera
de dónde viene esta brisa,
que llega lenta, sin prisa,
imparable y guerrillera.

Aragón se funde en canto,
olvidándose del llanto
y su conciencia despierta
cuando canta Labordeta.

José Miguel Chéliz