Nosotros sabemos que no hay chiretas en todo el Sobrarbe y Somontano como las de Troncedo, y que las morcillas y tortetas no tienen parangón. Lo mismo podríamos decir de las longanizas, las rosquillas, los crespillos ... todos los productos tradicionales de la zona han tenido y tienen en Troncedo las manos más expertas y sabias para su elaboración pero ...
no sólo de la tradición vive el troncedano ...
cuando hay que ser moderno, lo somos como el que más*.
En este sentido, la Asociación Cultural Castillo de Troncedo está planificando una iniciativa diferente, moderna e innovadora, para la merienda comunitaria del próximo sábado santo:
I Muestra de Tapas de Troncedo
Todos los/as cocinillas y gourmets del pueblo tendrán ocasión de mostrar sus habilidades y técnicas culinarias aprendidas a lo largo y ancho del mundo y de sus propias experiencias. Ya podéis ir pensando qué especialidad vais a preparar para el lucimiento y el disfrute de los paladares. Los participantes tendrán tiempo para inscribirse en la muestra hasta el mismo sábado por la mañana. Se avanzarán próximamente más detalles...
* Como ejemplo de lo "modernos" que han sido siempre los de Troncedo puedo haceros partícipes de una anécdota que conocí hace pocos años: me contaron que uno de los primeros viajeros del funicular del Tibidabo (inaugurado en Barcelona en 1901, siendo el primer transporte de estas características que funcionó en España), fue precisamente uno de Troncedo. Se trataba del Sr. Antonio Lacambra de casa Albañil de Troncedo. No sé qué hacía por allí ni qué se le había perdido en la montaña del Tibidabo a mi abuelo pero hasta allá arriba que se plantó. No tuve el inmenso placer de conocerlo pero por lo que me cuentan quienes sí lo hicieron, tampoco resulta extraño. Él era muy echao p'alante. Era de Troncedo. Pilar C.
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