Cuando en las décadas de los 70 y 80 la mayoría de nuestros vecinos y amigos iban cerrando puertas en busca del progreso que preconizaban los llanos y las ciudades industriales, observaban con estupor y desconfianza a algunos tipos que realizaban el viaje inverso, ocupando casas semiderruídas en lugares abandonados previamente. Por si esto no fuera bastante, eran jóvenes estrafalarios en todos los sentidos, desde su propio aspecto físico y sus vestimentas hasta sus modos de vivir fuera de los estrictos convencionalismos de las familias tan acusadamente patriarcales de la zona. Influidos por lo que se veía en la tele no tardó en generalizarse el término "jipis" para referirse a los nuevos pobladores aunque el verdadero movimiento hippie ya estuviera en proceso de decadencia. Es comprensible que los habitantes autóctonos los miraran con extrañeza y cierto desprecio, qué míseros eran o qué locos estaban para querer ocupar las casas en ruina de otras aldeas fantasmas cuando en la zona había calado el sentimiento de que aquello no tenía ningún valor ni futuro e incluso muchos hubieran vendido su casa y su patrimonio por cuatro perras si alguien se las hubiera dado. Pasados unos años, los mismos que se fueron despreciando lo suyo han retornado y no sólo no han vendido sino que han (hemos) invertido los ahorros generados en la emigración en recuperar y poner en valor el patrimonio que ahora vuelve a ser apreciado, incluso más de uno se pregunta si no llegará el día en el que, tal y como nos vienen dadas, no habrá que replantearse el retorno como algo más que tiempo de vacación y ocio.
Entre aquellos "jipis" o neorrurales que es el término que ahora se va imponiendo, también ha habido mucho movimiento, gentes que desertaron de la "experiencia" y volvieron a sus vidas convencionales, otros que se trasladaron y/o reconvirtieron la situación ... y quienes permanecieron y con tesón y paciencia han ido cumpliendo sus sueños de vivir en armonía con la naturaleza. Precisamente que alguien había hecho realidad un sueño (su "ensueño", como el nombre de la casa rural existente) es lo que pensé ayer cuando por primera vez, después de tantos años, me acerqué hasta Caneto. La sorpresa que me causó la visita al lugar en el que se conjugan pequeños y acogedores rincones, casas de piedra reconstruídas con toques de color que les aportan personalidad propia, la naturaleza que penetra cuidadosamente en la aldea, la pequeña y hermosa ermita reconstruida con mimo... me hizo recapacitar que, aunque no llevaba ninguna expectativa concreta, pesaban sobre mi subconsciente muchos comentarios y prejuicios sobre el lugar y sus habitantes que habían calado a través de las múltiples referencias recibidas y las imágenes mentales construidas por mí misma; tal vez por eso la sorpresa fue mayor.
Os animo a todos y todas cuantos no lo hayais hecho a que visiteis Caneto para descubrir la paz, el silencio y la armonía que se siente en el lugar. ¡Qué diferente de la tristeza y desolación de hace poco más de un mes entre las paredes espaldadas de Pallaruelo! Y todo lo anterior sin hablar de las hermosas vistas que se pueden contemplar durante todo el trayecto desde el desvío de la carretera de Troncedo hasta llegar al lugar, con una perspectiva inusual del valle y del mismo Troncedo colgado en la sierra.
P.C.
¿También en Huesca se nos critica a quienes dejamos la ciudad para vivir en el campo? Ayyyy, llevo 17 años teniendo que oir críticas de quienes nos consideran hippies o neorrurales, palabra ésta que, dicho sea de paso, tampoco nos gusta y que ya usó La Vanguardia en el año 1995 para definirnos.
ResponderEliminarMenos mal que resisten algunas mentes abiertas que no nos prejuzgan; bravo por ellas.
Esta señora de casa albañil no tiene ni idea de lo que esta diciendo.la invito que retire este y otros contenidos en red con el permiso de google.yo afincado en Ainsa hace muchos años y trabajando para el gobierno de Aragón afirmo que este es uno de los pueblos mas bonitos que he visto.gentes de la fueva y de todas partes del mundo,dedicados al turismo a la agricultura.
ResponderEliminarEsta señora de casa albañil no tiene ni idea de lo que esta diciendo.la invito que retire este y otros contenidos en red con el permiso de google.yo afincado en Ainsa hace muchos años y trabajando para el gobierno de Aragón afirmo que este es uno de los pueblos mas bonitos que he visto.gentes de la fueva y de todas partes del mundo,dedicados al turismo a la agricultura.
ResponderEliminarJajajaja¿Estrafalario? Seria carnaval
ResponderEliminarEstos respetables "anónimos" que se permiten comentar el artículo creo que no han entendido nada del tono con el que se escribió, les recomiendo lo vuelvan a leer y capten la ironía y, en cierto modo, admiración que desprende. "Señora de casa Albañil"
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