El sábado se celebró la boda de Bea y Juan. Fue una ceremonia entrañable en la que se cuidaron todos los detalles pero, si hay que destacar algo, yo me inclinaría por la transparencia de los sentimientos. Era tan evidente lo enamorados que estaban los novios que no hacían falta las palabras, sin embargo para que nadie olvidara el principal motivo por el que nos habíamos reunido en la coqueta ermita de la Virgen de la Alegría de Monzón salieron al altar a proclamar que, como los buenos arquitectos que son, habían cimentado su unión con la mejor de las argamasas posibles. Se necesita valor para "desnudarse" de esa manera en un evento en el que a veces es demasiado habitual que el protagonismo lo asuman los trajes y lo demás "se dé por supuesto". Todos los testigos recordaremos con ternura ese gesto tan sincero y valiente.
A lo largo de la jornada hubo muchos otros momentos para la emoción y, entre lágrimas y recuerdos, se fueron intercalando también las bromas, la fiesta, las sorpresas de los amigos, los suculentos manjares ... en definitiva una larga, completa e inolvidable celebración. Incluso se interpretó una jota inédita al estilo de Troncedo; pero eso será tema para otro día ...
Por cierto, los novios estaban guapísimos, como no podía ser de otra manera. Y también había belleza y elegancia sin estridencias por parte de los asistentes . Los que teneis facebook podréis comprobarlo en un pequeño álbum colgado en la página de la comunidad NVeT.
Enhorabuena!! Supongo que ahora estaréis disfrutando de alguna lejana playa paradisiaca, qué envidia! Nos vemos en Troncedo!
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