11-S.El polvo cubriendo un juego de té. Foto: El País |
En muchas ocasiones, las más de ellas, los protagonistas de los hitos históricos más relevantes no son conscientes de que lo son. Eso es lo que nos pasó a todos hace ahora 10 años, no cabe duda de que nos sentimos impactados por las imágenes que veíamos en directo en nuestros hogares y también de que nos dábamos cuenta de que aquello era algo muy gordo pero es ahora, conforme va pasando el tiempo y vamos tomando perspectiva, cuando constatamos que esa fecha cambió el rumbo de la historia y que, aunque sucedió en Nueva York, la onda expansiva de las consecuencias ha llegado a todos los rincones. El World Trade Center (el centro del comercio mundial, literalmente), sus dos torres gemelas, se derrumbaron sobre sí mismas atrapando a miles de víctimas inocentes y el polvo de los escombros se extendió por la ciudad pero esa otra nube del polvo de la desconfianza, la inseguridad, la mentira, la inestabilidad económica, la guerra y el terrorismo todavía esta flotando sobre nuestras vidas, las de todos.
Recomiendo la lectura del artículo de Elvira Lindo en El País de hoy mismo, no es una análisis sesudo ni pretencioso sino una lúcida reflexión (como todas las suyas) sobre sus propias vivencias y opiniones.
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