Ya han pasado unos días pero la dignidad y el eco de las palabras de esta niña resuenan en el mundo y deberían resonar permanente y vergonzosamente en los oídos de los poderosos hasta que el acceso a la educacíón de todas las mujeres y niñas del mundo sea una realidad generalizada.
12 de julio de 2013. Malala Yousafzai en la sede de la ONU en Nueva York el mismo día en el que (afortunadamente) cumplía 16 años. Personas como ella nos devuelven la fe y la esperanza en la humanidad.
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