Si todavía no lo habéis hecho, podéis pasaros por la cafetería Garabato de Huesca para comprobar la técnica, ternura y maestría de los dibujos de Paco Sierra. Se trata de un buen anticipo de lo que vamos a poder ver lo que vamos a poder contemplar en Troncedo. Pero lo más sorprendente de todo es la herramienta con la que trabaja el artista, el humilde bolígrafo BIC, el de toda la vida.
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