Último domingo de mayo. Una fecha marcada en rojo para todos los pueblos de La Fueva. Un año más las gentes de las diferentes aldeas acudieron desde sus localidades, o desde aquellos otros pueblos y ciudades a los que la vida los ha llevado, para mantener la antigua tradición. Ya hace ocho años que en Troncedo nos hemos propuesto recuperarla totalmente y los más animados bajan hasta el Santuario andando, el medio de transporte más generalizado hasta mediados del siglo pasado. La naturaleza agradece esta iniciativa desplegando todo su esplendor primaveral y la sinfonía de colores invita a fotografiar uno a uno cientos de paisajes y rincones.
A medio camino |
Llegada a Bruis |
La verdad es que a la hora de sentarse a la mesa el grupo se ha incrementado notablemente. Bajo los pinos, en el marco del fondo inigualable que constituyen la Peña Montañesa y Cotiella y la buena compañía, la comida se saborea con gran placer. Por cierto, que nos hemos enterado de que la carne a la brasa es una "modernidad" ya que el menú de nuestros abuelos era principalmente tortilla de conserva y conejo relleno. Nieves de casa Emilio y Amparo de Solanilla conocen bien la receta, así que con su asesoramiento y el de otras mujeres, podemos tratar de recuperarla para la próxima edición.
A pesar de la abundante comida, ha habido algún valiente que se ha atrevido a regresar andando. Sólo han sido tres, representantes de generaciones distintas, el mayor y el más choben aparecen en la foto, el tercero era el fotógrafo.
Foto: Luis Remacha |
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