Si en las excursiones populares que organizamos cada fin de verano nos hemos orientado hacia el norte, hacia el sur y hacia el este, este año, forzosamente, debíamos dirigirnos hacia el oeste. A principios del verano se inauguraba, después de tantos años de retrasos, el nuevo tramo de la via Transpirenaica que une las comarcas de Sobrarbe y Serrablo entre Fiscal y Sabiñánigo por Yebra de Basa. y la Asociación Cultural Castillo de Troncedo tenía que planear una excursión para pasar por allí.
La verdad es que el Serrablo ofrece multitud de rincones para visitar. Sin duda acertamos plenamente visitando Pirenarium y, por qué no, también colaborando económicamente con nuestras entradas a paliar el grave déficit que, según aparecía en prensa esos días, sufre ese organismo. Algunos que lo visitamos poco tiempo después de su inauguración, pudimos comprobar el sábado un cierto deterioro en sus instalaciones. No es así el Museo Angel Orensanz de Artes Populares del Serrablo que también fue objeto de nuestra visita y que ha visto incrementada su área expositiva con nuevas salas. Este lugar dejó un buen sabor de boca entre más de 60 visitantes de Troncedo con edades comprendidas entre los dos y los ochenta y seis años. Muchos decían que necesitarían más tiempo de visita para disfrutar de la observación de los antiguos utensilios y herramientas, que nos son tan cercanos y que por otra parte son tan comunes a las antiguas casas de ambas comarcas.
Después de disfrutar de una buena comida en el retaurante el Churrón en Larrés nos dirigimos, a cincuenta metros de allí, al Castillo de Larrés que es la sede del Museo de dibujo Julio Gavín. Curiosamente, la prensa también se ha hecho eco estos días de la dificultad económica que conlleva mantener todas las salas como espacio expositivo digno para albergar la gran colección de dibujos que permanecen expuestos y sus más de 4000 piezas que están en depósito en sus almacenes. De nuevo contribuimos con nuestras entradas a mejorar la cuenta de resultados, por lo menos de ese día.
Ya en broma, propusimos a su director, que en futuro, el Castillo de Troncedo pudiera convertirse en subsede del mismo. De cualquier forma nuestras chicas en el rincón de los niños, hicieron un dibujo con la réplica del Castillo de Troncedo y lo dejaron allí para que lo vayan teniendo en cuenta por si la iniciativa cuaja. Terminó nuestra jornada, tras una cómoda vuelta, visitando Fiscal. Allí visitamos el Batán de Lacort, el antiguo molino harinero y su posterior conversión en central hidroeléctrica. A algunos, todavía dentro de Fiscal, nos dio tiempo para ver su parte vieja y el frontal de iglesia de Jánovas trasladada, con motivo de su inminente inundación, enfrente de la iglesia de Fiscal.
Seguro que ahora, cuando disfrutemos de nuestro clásico de verano, es decir de la puesta del sol en la terraza de nuestro bar y observemos la sierra de Cancias, con su perfil característico, nos acordaremos de ese territorio vecino que se nos ha vuelto más cercano.
José Fumanal
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